Volvimos a entrar a la casa, y me fui directamente a mi habitación a reencontrarme con Roth. Debía estar aburrida y frustrada, ya que me acompañó durante casi todo el día en mis indestructibles deseos de revelación. Buscaría una forma de recompensarla en el futuro a como diera lugar, quizás podría ofrecerle una cita con mi hermano, eso la pondría contenta, era algo en "estamos por ver".
—No planeo llevar todo, solo lo que quepa en las maletas.
—Está bien, ¿te ayudo en algo?
—Pon a cargar mi celular por favor, el cargado está en el velador.
Tardé cerca de 20 minutos en meter la ropa en las tres maletas. También puse en una de ellas mi computador portátil, y un montón de documentos que me ayudarían a desenvolverme en mi nuevo trabajo. No tenía ningún sentimiento de arrepentimiento respecto a mis acciones, muy por el contrario, estaba ansiosa por finalmente comenzar, o al menos intentarlo.
Una vez que estaba todo en orden y estuve segura de que nada me faltaba, llevamos las maletas hasta el auto, y me despedí solo de mi padre, ya que mamá se había reusado a salir de su habitación. Su ira era tanta que cuando habló tomó una actitud similar a la de una persona que está dispuesta a golpear a otra, nunca la había visto así.
Javier tomó la tercera maleta y la puso en la parte trasera de su auto, ganando una excusa perfecta para no irse inmediatamente a su casa después de asegurarse de que Roth y yo hubiésemos llagado sanas y a salvo a casa.
Conduje por la pista principal a una velocidad moderada, y durante ese tiempo Roth no habló durante el camino a su casa. Sus padres eran personas totalmente cariñosas, nunca los había visto discutir de la forma que discutía mi familia, sumando que ellos eran evangélicos, por lo que su actitud era pacífica, pero como todos, hasta su límite, ya que yo podía darme cuenta de que solían juzgar a las personas por sus estilos de vida, patético, ¿no?
Finalmente llegamos al apartamento de Roth, el cual era pequeño, pero totalmente impecable. Al estilo minimalismo, muy poco compatible con su emotiva y desorbitante personalidad. Javier venía detrás de nosotras con dos maletas arrastrándolas de la mejor forma que pudo tras bajarlas del auto, mientras que yo bajé solo una. Ya que su hogar estaba en el primer piso, no tuvimos grandes dificultades para bajar las cosas. El estacionamiento estaba a pocos metros de la puerta del condominio, y su apartamento era uno de los más cercanos a la prominente entrada.
—Tienes un lindo hogar Roth, ¿el de Halley es el del mismo estilo?
—¿Eh? Sí...digo no, no, es más tosco, las paredes de ella tienen un color oscuro, pero dijo que se encargaría de redecorarlo. Yo la puedo ayudar también, y puede ir tú si quieres...
—¿Es verdad Halley?
—Claro, puedes ir a ayudar, pero aún no, necesito juntar dinero.
—Te dije que si necesitabas algo solo debías pedir, además puedes usar la tarjeta para comprar...
—Que no, solo me necesito a mí misma y trabajar. Quiero hacer las cosas por mí misma, no es necesario que me vean como a un cachorro indefenso, ya se lo he dicho a los dos de diferentes maneras y muchísimas veces.
—Bien, tienes razón, pero cualquier cosa contáctame.
Javier se despidió de mí y luego de Roth. Salió del departamento y lo escuché cuando salió del condominio en su ruidoso auto. Lo que quedaba de noche lo usamos para conversar de cómo iban las cosas en la vida de mi amiga, porque ya habíamos hablado lo suficiente de la mía. Y lo más importante de una amistad es escucharse y cuidarse equitativamente, lo sabía porque lo había buscado en internet hace unos años atrás.
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Desapropiados
Storie d'amoreHalley es una joven de veintidós años perteneciente a una de las familias más acomodadas de Derfel. Creció con lujos y con una vida perfectamente planificada, pero todo se derrumba cuando descubre que no tiene ningún vínculo sanguíneo con su supuest...