𝕮𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐭𝐰𝐞𝐧𝐭𝐲 𝐎𝐧𝐞

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───⊱ Chapter twenty one







            "Perra traidora".

"Abandona Casterly Rock y tal vez tenga piedad a la hora de tu muerte"

"De no ser así. Las consecuencias serán nefastas"

Restregó su rostro con su mano libre sintiendo el calor y las cenizas en su mano y la flama apagándose, recién habían recibido un ataque; dos inmaculados asesinados y sus cabezas en lanzas, gusano gris y ella tomaron medidas drásticas y ahora hacían constantes patrullas.

Aun no era tiempo de matar a su maldito esposo. Debía esperar a que las personas de las que el hablaba llegasen o fueran encontrados.

Rhaellia escucho a su guardia sentarse y suspirar hastiado, murmurando maldiciones y bebiendo del vino.

───¿Que sucede?───Pregunto volteando a verlo y dejando las cenizas en la chimenea, el rubio rio sin gracia y la miro.

───Tyrion envió una carta, dio la opinión de llevar al idiota a Dragonstone con nosotros. Los inmaculados se quedan y custodian.

───No───Contesto de inmediato───Daenerys dejo en claro que me tomará mi tiempo para tomar Casterly Rock y mi venganza; y me dio su palabra.

───La reina no aprobó las opción de Tyrion───Informo sentándose más rígido───La araña me aclaró eso, cabe decir.

───Bien hecho. Algo me dice; Tyrion quiere negociar la vida de su primo bastardo. Tal como trata con Jaime y Cersei.

───La vida del idiota es tuya, y bien debería saber que no cederás.

───Él lo sabe pero no tiene que perder y sigue intentando.

El silencio lleno de la habitación y ella estiro sus brazos sintiéndolos tronar y suspirando aliviada.

───Bien... Voy con mi amado esposo, tengo unas cosas cuales preguntarle.

───¿Cuido la puerta?.

───Por favor───Respondió con una sonrisa y saliendo de la habitación con él.


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Uno. Dos. Tres

descansó y volvió.

Cuatro, siete. No paraba.

La pared resonó y el quejido provocó una sonrisa. Uno, dos seis.

Su rostro estaba ensangrentado e hinchado, con una sonrisa adolorida dibujada. Tomó con fuerza el camisón blanco y le empujo otra vez dejando su cuerpo caer de bruces mientras respiraba agitaba.

La risa que emitió disparo su rabia y se acuclillo para tomar su camisa y hacer que sus miradas chocasen.

───Se me había olvidado que golpeabas como si fueras Hombre, dioses───Rio ronco quejándose un poco al final───Pero querida mía, golpearme no evitara nada.

───¿Dónde están?───Pregunto con el veneno en su voz───¿¡Donde están, Edward!?───Sacudió el cuerpo debajo de ella mientras el aun sonreía.

───Solo los dioses sabrán───Murmuro viendo a distintos lados───... Desaparecidos... Muertos... Con Cersei───Terminó sintiendo el golpe en su quijada haciéndolo quejar con fuerza.

───Déjate de juegos y habla ya───Dijo del mismo tono y apretó su cuello con sus índigos como dagas que penetraban sus ojos.

───Es la verdad, cielo───Comento hastiado, queriendo que se fuera y pudiera quejarse como quisiera───Solo los dioses saben.

───Si están muertos... La tuya será peor de lo que yo misma planeaba hacerla───Amenazo dejando el cuerpo caer de bruces, Rhaellia camino a zancadas hasta la puerta y ordeno mantenerlo como un verdadero prisionero traicionero.

Alistar camino a su lado y gusano gris por el otro llegando hasta la oficina de su esposo antes de empezar a revisar cada cajón y lugar con ellos, casi desesperada por tener la información que deseaba.

Cersei, Jaime, Robert, lores de casas menores. Cartas inútiles que no servían de nada para ella y muchos otros sin nombre que se dedicó a revisar y leer.

Más de veinte cartas en su poder sin ningún hombre, ya casi treinta leídas.

Gusano gris paro en frente de ella y alegó ser una carta de la reina Targaryen, la recibió de inmediato y leyó de pies a cabeza la carta antes de sonreír un poco y seguir con su deber.

───Mi respuesta es si───Le comento al rubio que yacía a su lado sentado, Alistar sonrió y tomo una hoja y pluma antes de escribir con las palabras que sabía, ella usaría si fuera ella quien lo escribiera.

───Parezco tu mano derecha───Se burlo riendo con ella, buscando aliviar la tensión en su señora logrando enseguida su cometido───Puedo ayudarla con las cartas.

───No es necesario, Ali. Quiero hacerlo yo misma.

───Bien, pero si necesitas ayuda no la tendrás de mi parte───Respondió levantándose y sonriendo.

───Sé que la tendré───Comento recibiendo un guiño de ojo antes de irse.

Rhaellia miro las cartas en la mesa y se recostó a la silla antes de tomar una por una, leyéndolas con atención.

Su ansiedad había bajado lo suficiente para ser más consciente, pronto tenía un poco más de la mitad leídas y respiraba pausada para tranquilizarse. Debía persistir ante la ansiedad por saber.

Tomo las cartas y tomó dos, decidiendo que las próximas las revisaría el sir que tenía toda su confianza, suspiro antes de abrir una y leerla. Nada. Tomó la otra y la abrió ya cansada y leyendo con pereza hasta que algo llamo su atención.

"Estaremos en la posada mas cercana"







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✓ |  𝐑𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘────Daenerys TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora