Capítulo N° 27 | parte 2

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Con los nervios en la boca del estómago, Guillermo caminó hacia el living para poder recibir a ese muchacho que se veía tan nervioso como él, quien estaba con la mirada algo baja y sus mejillas algo encendidas. Guillermo entonces se acercó a él con una sonrisa y lo saludó con la mano.

—Un gusto conocerte, soy Guillermo, el padre de Bianca —le dijo con una voz cálida.

—El gusto es mío, señor —le respondió él, aún algo nervioso.

Con un ademán cortés, Guillermo lo invitó a pasar al comedor para poder sentarse a la mesa, pero Stefano no se sentó sino hasta que vio a Bianca ubicarse.

—Lo lamento, no supe qué traerle como obsequio —se disculpó Stefano y Guillermo sonrió—. La próxima será diferente.

—No te preocupes por eso —dijo Guille con una sonrisa y un movimiento de mano desinteresado—. La cena ya está lista, pero me gustaría hablar un poco antes de cenar.

—Me parece bien —dijo Bianca con una sonrisa mirando hacia Stefano a su lado.

—Bianca me habló mucho de usted —dijo Stefano de repente, pero ella le dio un pequeño empujón—. ¿Qué? Es la verdad, ¿o no?

—Sos arquitecto, ¿cierto? —preguntó Guillermo y Stefano asintió con una sonrisa.

—Sí, mi padre también lo era, mi tío lo es. La empresa la fundó mi abuelo, así que es como un negocio familiar —explicó Stefano.

—Mi papá es contador —explicó Bianca mientras le servía jugo a Stefano, ya que por obvias razones no habría vino en la cena.

Stefano miró a ese atractivo hombre frente a él, aunque era diferente a Bianca a su vez le parecía bastante similar, especialmente por su sonrisa, además de la característica nariz que compartían. Eso lo hizo sonreír.

Con una seña, Stefano le indicó a Bianca que se fuera, así podía hablar a solas con él porque con ella en el medio era realmente incómodo. Bianca solo sonrió y se puso de pie con la excusa de ir al baño.

—Lo lamento —dijo Stefano de repente, sorprendiendo por completo a Guillermo—. Si le soy sincero no sé qué debería preguntar o decir porque es la primera vez que hago esto, pero pensé explicarle en qué consiste el trabajo de Bianca para evitar inconvenientes por posibles confusiones.

Guillermo sonrió ante ello y asintió como modo de pedirle que continuara hablando.

—Supongo que ya Bianca o Nora le habrán dicho de mi fobia...

—Sí, ambas me dijeron algo al respecto.

—Debido a eso entraba en pánico en cercanía de cualquier mujer que estuviese a menos de dos metros de mí —explicó sin mirarlo a los ojos por la vergüenza de tener que contar eso—, mi terapeuta recomendó practicar el acercamiento con extrañas y mi padre tuvo la idea de contratar damas de compañía que me ayudaran a adaptarme. Tuve varias y no tuve muchos avances, hasta que conocí a Bianca.

—Entiendo, Bianca me explicó un poco sobre el trabajo. Sin acercamientos, ¿cierto?

—Es como ser una asistente personal pero sin ninguna clase de tacto o acercamiento, es en blanco y con obra social, con poca carga horaria y sábados intermedios de horario rotativo —dijo Stefano tan rápido que sintió que estaba pisando sus palabras—. Lo explico porque el sueldo es bueno y eso hasta a Bianca le había producido muchas dudas al principio.

—¿Y cómo llegó Bianca a trabajar con vos? —preguntó Guillermo con curiosidad.

—Por Hernán, somos amigos y él me pasó su currículum luego de una muy extensa recomendación —se rió al decirlo y bajó la mirada con nerviosismo, con sus mejillas encendidas—. Parte del contrato especificaba la prohibición de cualquier tipo de romance, algo por lo que seguro debe tener dudas...

Muñequita [ #1 COMPLETA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora