Capítulo N° 4

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—Entonces dígame, ¿siente que avanzó en algo?

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—Entonces dígame, ¿siente que avanzó en algo?

Stefano se encontraba sentado en un sillón negro, cruzado de piernas mientras oía a un hombre frente a él, quien sujetaba en sus manos un cuaderno de notas. Lo observó fijo por unos instantes, tenía el cabello blanco y un rostro atractivo a pesar de su edad; era un hombre elegante al sentarse y un profesional en la materia.

Era su terapeuta.

—No, siento que retrocedo —dijo Stefano al fin.

—¿Estuvo pensando en el motivo de su miedo? —inquirió el terapeuta con curiosidad.

—No.

—Debemos aclarar ese punto, Stefano. —El hombre lo miró con atención, intentando decodificarlo como siempre hacía, pero Stefano se mantenía con la mirada esquiva—. Quedó claro que es un trauma, sabemos que una mujer le hizo daño en su infancia, ¿recuerda la situación?

—No.

—Stefano, llevamos años estancados en la misma parte, necesita acudir a ese recuerdo por más doloroso que sea —El hombre bebió un poco de agua y dejó ir un suspiro, para luego continuar observándolo—. Parte del tratamiento es aceptar esa parte de su pasado para poder adaptarse al presente y el futuro.

—No quiero aceptarlo, no quiero recordarlo, solo quiero ser normal. ¿Puede entenderlo? —se quejó él con un tono de voz molesto.

—Lo entiendo perfectamente, pero para llevar una vida normal debe aceptar que tiene miedo.

—¡Diariamente acepto que tengo miedo! —chilló.

—Acepta que lo tiene pero no el porqué, que es lo importante en este caso.

—Me hicieron daño, es lo que importa, ¿no? —Frunció el ceño al mirar con odio a su terapeuta.

—De acuerdo... De igual forma necesita enfrentar su miedo, mientras tanto podemos seguir con la terapia ocupacional, ¿la fotografía está surtiendo efecto?

—No estoy seguro, me libera pero a veces siento que me falta más... —susurró Stefano con tristeza.

—Busque ocupar la mente siempre, hasta que esté listo para dar el siguiente paso. —Le sonrió con ternura, viendo la forma en que Stefano comenzaba a relajarse y dejaba de aferrarse de esa forma al sillón—. ¿Ha practicado los acercamientos?

—Lo intento, pero no puedo.

—No se esfuerce, solo concéntrese en la conversación. Busque la comodidad y la confianza.

Stefano se quedó en silencio para observar la nada, él sabía perfectamente el motivo de su trauma, e incluso el terapeuta sabía que lo estaba ocultando, y aunque tenía varias hipótesis respecto a estas, necesitaba de la confirmación de su paciente para poder dar el siguiente paso. Sin embargo, ambos eran conscientes de que necesitaba tiempo para poder admitirlo y enfrentarlo.

Muñequita [ #1 COMPLETA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora