Capítulo N° 24

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Dedicado a diazdado por dejar tan bonitos comentarios <3

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Era temprano en la mañana, apenas entraba el sol por la oscura cortina de la ventana, la cual Stefano abrió para que ingresara más luz a la habitación.
Bianca comenzó a abrir los ojos con algo de molestia por la luz solar, pero al ver a Stefano allí sonrió y se sentó para desperezarse un poco.

—¿Lo hiciste vos o lo hizo Rosa? —preguntó Bianca con una sonrisa al ver la bandeja de desayuno en la cama.

—Lo hice yo —respondió él con una sonrisa, y le acarició una mejilla—. Sé que te gusta el matecocido.

—Algún día me gustaría tomar mate con vos —dijo ella al ponerse de pie para poder ir al baño—, aunque sé que no te gusta.

—Tal vez podría probar algún día, solo por vos.

Bianca sonrió mientras ingresaba al baño, quería peinarse e higienizarse un poco. Nunca había ingresado al baño privado de Stefano, así que era algo nuevo para ella. Él era muy ordenado y prolijo, y tenía sus perfumes y colonias acomodadas por tamaño sobre el gran vanitory de mármol, también tenía un par de cremas y protectores solares.

Bianca sabía que estaba mal, pero sentía mucha curiosidad de revisar los cajones y ver qué guardaba Stefano. Y al hacerlo, quedó claro para ella que él tenía algún problema con el orden, porque todo estaba perfectamente acomodado, por tamaño, colores y por secciones.

Luego salió para poder desayunar junto a él, que la esperaba en la cama mientras revisaba su teléfono celular, tecleaba muy rápido. Bianca se preguntó con quién estaría hablando, creyó que podría ser algo de trabajo.

Stefano levantó la mirada para verla y le dedicó una sonrisa alegre, para luego dejar el teléfono a un costado y así poder prestarle atención solo a ella.

—Estaba hablando con Sebas —le dijo y tomó su taza de café para darle un trago—. Hoy sale con Hernán, me preguntó si queríamos salir con ellos.

—No sé, es el momento de ellos, no me gustaría estar en el medio —suspiró Bianca—. ¿Vos querés ir?

—Pienso igual que vos, es el momento de ellos. Tal vez otro día —La miró en silencio y sonrió al verla comer unas tostadas con mermelada—. Si querés hoy podemos salir nosotros. Es domingo, así que no trabajo.

—Eso sí me gustaría.

Stefano asintió y tomó nuevamente su teléfono para avisarle a Sebas que no se unirían a ellos, al menos por el momento. Bianca, por su parte, tomó el suyo para ver si alguien le había escrito. Se encontró con mensajes de Hernán, de Nora, y el que la dejó petrificada fue el de un número desconocido sin foto de perfil.

Desconocido: Hola...

Desconocido: Me gustaría hablar con vos, cuando te sientas lista

Desconocido: No te voy a pedir que me perdones, solo quisiera poder verte y escucharte, y decirte que te amo

Desconocido: Solo si vos querés y cuando vos quieras, y si no deseás verme nunca, entonces lo voy a aceptar. Espero que estés bien, hija, cuidate mucho <3

Bianca se quedó en silencio al leer los mensajes. Sintió un nudo en su garganta y mucha angustia acumularse de a poco en ella, comenzó a sentir sus ojos llenarse de lágrimas y se refregó para evitar llorar.

—¿Estás bien? —le preguntó Stefano y le hizo una caricia al rostro—. ¿Pasó algo?

—Me escribió mi papá, le debe haber pasado mi número Nora... —dijo y abrió el chat de ella, para comprobar si le había avisado antes—. Sí, me había avisado que se lo pasaría, pero no lo vi. De haberlo visto antes le hubiese dicho que no lo hiciera...

Muñequita [ #1 COMPLETA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora