Capítulo N° 18

23.8K 1.5K 444
                                    

El viaje fue silencioso pero muy agradable, disfrutaban del momento sin mirarse. Concentrados en apreciar la presencia del otro, el saber que estaban allí, con sus manos entrelazadas sintiendo el delicado calor de la palma del otro.

Luís los miraba por el espejo retrovisor, sin poder evitar sonreír con ternura al verlos. Les recordaban a sí mismo en sus primeros romances, confundido y nervioso ante cualquier cercanía. Le recordaba a sus primeros momentos con su adorada esposa.
Él, a diferencia de Frank, no había trabajado para el padre de Stefano, así que había sido contratado por él unos años atrás. Tuvo que adaptarse a un jefe con miedos diferentes, aprender a brindarle un espacio seguro. Lo había visto cientos de veces observar a las mujeres pasar e incluso a sus propias Muñequitas, y a Luis, siempre tan cerca de su realidad, le dolía no poder ver a su jefe siendo feliz.

Verlo así, con su mano entrelazada a una mujer, ver que Stefano de a poco superaba sus miedos. Verlo tan fuerte y decidido en salir adelante, lograba emocionarlo. Luis deseaba con todo su corazón una vida feliz para Stefano.

Un mensaje de WhatsApp le llegó a Luís cuando estaba por entrar en el jardín de la gran casa, no pensaba revisarlo ya que no solía atender el teléfono cuando manejaba, pero vio que se trataba de Marie y supuso que sería importante. Frenó de golpe, casi haciendo golpear a Stefano y Bianca, quien se asomó solo para golpearlo en un hombro, indignada.

—Señor, es un lindo día, ¿no desea pasear con Bianca? —dijo al verlo por el espejo retrovisor, con un claro nerviosismo.

—No, Luís. Quiero llegar, darme un baño y preparar unos papeles para mañana, además Bianca debe cambiarse.

—¿No era que estaba bonita así? —bromeó ella cruzándose de brazos, solo fingía estar ofendida.

—Lo estás, pero me gustaría verte con lo que tengo preparado.

—Es demasiado bonito el día como para que estén encerrados. ¿Qué tal si van a tomar un café?

Luis era muy insistente, tan insistente que Stefano comenzó a ponerse de mal humor. Stefano no dudó en bajarse del auto sin prestarle atención a su chófer, mientras que Bianca observó a Luis con algo de preocupación. Se preguntó qué le había pasado para sudar de esa forma.

—Luis, ¿estás bien...?

—No te preocupes, Blanquita —dijo él con un suspiro—. Antes que vayas con él solo quiero decirte algo.

—¿Sucede algo?

—Solo quiero, queremos dejarte claro que te queremos mucho y que sos muy especial para todos nosotros.

Bianca quedó incluso más confundida que antes, pero no pudo hacer más preguntas puesto que Stefano la llamaba, ya algo malhumorado, desde la puerta principal. Así que con un suspiro bajó del auto y dio una pequeña corridita hasta la entrada, solo para que Stefano no le dijera nada por tardar.

Él, a pesar de su mal humor, le dirigió una sonrisa alegre y sus ojos demostraron ternura de haberla visto corretear como un venado.

Frank los recibió con un extraño gesto nervioso, algo inusual en un hombre tan sereno como él. Bianca entonces comenzó a ponerse nerviosa, se preguntó si acaso se encontraba dentro la madre de Stefano, y ante ese pensamiento sintió su corazón paralizarse. Sin embargo no pudo avanzar al mismo ritmo que Stefano, Frank la tomó suavemente de un brazo para alejarla solo unos instantes de Stefano.

—Bianca…

—Ay, ¡¿qué pasa?! ¡Ya me están asustando!

—De vez en cuando esto sucede, no vayas a preocuparte. Es algo muy usual en la familia DiFiore…

Muñequita [ #1 COMPLETA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora