Capítulo N° 32

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—¡Es un hijo de puta!

Había chillado Sebastián al ver la forma en que Hernán jugaba al fútbol. Estaba sentado junto a Bianca y Stefano mientras tomaban fernet, y prestaban suma atención al partido que tenían delante.

El equipo de Hernán iba ganando.

—Te dije que era bueno —se rió Stefano.

—Pensaban pasarlo a primera antes del accidente —explicó Bianca y bebió un trago de fernet—, pudo haber sido profesional, pero él prefiere estudiar.

Hernán corría muy rápido, más que cualquier otro en la cancha, y lograba quitarles la pelota con mucha habilidad para poder pasársela a Matías, quien también era muy bueno.

—Ellos se conocieron así, ¿no? —preguntó Sebastián y miró de reojo a Bianca.

—Si te vas a poner en modo tóxico te voy a tirar fernet en la cara, ¿me escuchaste? —se quejó ella, pero luego comenzó a reírse—. Y sí, solo que eran de equipos contrarios y Hernán lo lesionó. Le hizo mierda la pierna.

—Es muy bueno también —susurró Sebas al ver jugar a Matías.

Era muy rápido, aunque no tanto como Hernán, y muy habilidoso también. La mayoría de los goles de su equipo los había logrado él.

Pudieron ver cuando un jugador le dio un codazo a Hernán en el rostro que pareció ser adrede, y lo hizo caer al suelo. Se sujetaba del rostro con dolor y pudieron ver sangre cayendo de su nariz, pero incluso cuando Sebas se puso de pie muy enojado, Hernán se levantó lleno de ira.

—Oh, se enojó —dijo Bianca con un gesto torcido y Sebas la miró con curiosidad—. Lo va a hacer mierda.

—Menos mal que era un partido amistoso —bromeó Stefano.

—Admira a Gatusso, con eso ya te digo todo —se rió Bianca.

Hernán corrió directo hacia ese jugador y lo alcanzó casi al instante, no solo le quitó la pelota para poder pasársela a otro jugador, sino que lo empujó al suelo y se subió arriba para golpearlo en el rostro.

—No podría ser profesional, lo expulsarían siempre —se rió Sebas.

—Ya de por sí está enojado porque quería jugar en cancha de once —se rió Bianca—, pero solo él y Mati aguantan. Creo que esto es cancha de siete.

Sebas se concentró en ver, Hernán ya había dejado al otro jugador aunque no por voluntad propia, Matías y otro jugador lo habían tomado de los brazos y lo alejaban del muchacho. Vio a Hernán escupir sangre en el suelo para luego limpiarse la que caía por su nariz con el dorso de la mano. La furia seguía presente en cada rasgo de su rostro, aun cuando sus amigos intentaban tranquilizarlo.

«Es tan sexy el hijo de re mil puta»

Su teléfono comenzó a vibrar ahí en su mano, había estado filmando a Hernán jugar, además de tomar alguna que otra foto. Al ver el nombre en la llamada dejó ir un suspiro y se alejó, pidiendo disculpas, un par de metros de Stefano y Bianca.

—Hola, Brai, qué raro que me llames, ¿pasó algo? —dijo, sin dejar de prestar atención al partido.

¿Cómo estás, primito? Te iba a escribir pero supe que me ignorarías, ¿o no?

—Quizás, podés ser un poco molesto a veces —se rió Sebas.

Pero soy encantador, no lo niegues —se rió Braian del otro lado—. ¿Estás ocupado? Necesito hablar con vos...

—Ahora estoy ocupado, pero si es urgente tal vez pueda hacerme un espacio, ¿pasó algo?

Sebas miró hacia donde estaba Hernán, dejarlo solo sin dudas lo haría enojar mucho, pero si su primo tenía un problema también correspondía ayudarle.

Muñequita [ #1 COMPLETA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora