Capítulo Nº 8 | INÉDITO

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Bianca, tomada del brazo de su buen amigo Hernán, recorría una tienda conocida de electrodomésticos en busca de comprar nuevas cosas para su hogar. Era la tarde de un sábado y ella tenía día libre, al igual que Hernán –quien se había dado un descansito de sus estudios y trabajos para la universidad–. Se entretenían observando los productos en las ventanillas, a sabiendas de que los vendedores los estaban ignorando, y eso se debía a su apariencia de «personas humildes». Los vendedores parecían lanzarse encima de todo posible cliente que llevaba vestimenta de apariencia cara, pero a la gente como Bianca y Hernán, vestidos normal, los ignoraban.

—Se van a querer matar cuando compres en otro lado —dijo Hernán con una risa.

—Estuve ahorrando, ¡así que pienso comprarme la vida! —acotó Bianca al saltar con emoción.

Estaba buscando específicamente una heladera, algo grande y bueno que le permitiera conservar sus alimentos y congelar bien las bebidas. Ya tenía una nueva cocina que había comprado tiempo atrás, ahora estaba más preocupada en una heladera, un buen secador de pelos y una batidora profesional.

Y mientras que Bianca observaba las planchitas de cabello, Hernán se entretenía viendo las nuevas consolas de videojuegos. Él tenía la Playstation 2, nunca pudo comprarse la «3» y mucho menos la «4», le daba pena preguntarle a Bianca si le haría el favor de comprarle una y él se lo pagaba luego. Sabía lo mucho que ella se esforzaba por ganar ese dinero, lo mucho que le había costado adaptarse a estar alejada de Stefano o a su carácter complicado, y por sobre todo lo muy entusiasmada que estaba con poder arreglar su casa con su sueldo de ensueños.

Bianca terminó por comprar, frente a la mirada sorprendida de los vendedores, una heladera plateada muy grande y brillante, y cuando pagó en efectivo por ella las miradas aumentaron. Temió que le robaran a la salida, la voz podía correrse muy rápido, así que Hernán no se separó de ella ni un solo instante. La heladera llegaría más tarde a su casa, tenían tiempo de pasear. Sin embargo, debido a esas miradas, Hernán la invitó a ir a una cafetería cercana para poder merendar.

Ellos preferían beber mate, pero se dieron el gusto de pedir un milkshake cada uno mientras conversaban animadamente sobre las próximas compras. Bianca quería comprarse algo de ropa, pero Hernán se encontraba demasiado inseguro por ello, temía en verdad que pudieran robarle el bolso a Bianca.

—¿Por qué no le pedís a Stefano que te bancarice el sueldo? —le dijo en voz baja—. Así no tenés que cargar con el efectivo, solo tendrías la débito y ya.

—Prefiero el sueldo en mano, no confío en los bancos —se quejó ella con un chasquido de lengua—. No luego del corralito.

—¿De qué carajo hablás? ¡Tenías apenas dos años en el corralito! —se rio Hernán y Bianca le dedicó un golpe al hombro.

—Mis papás casi quedaron arruinados por eso, no jodas, Cara de pan. No confío en los bancos.

—Sos una tarada importante —se rio nuevamente—. ¿Y, qué tal Stefano?

—¿Qué tal qué? —preguntó Bianca con un suspiro y, luego de este, apoyó su frente en la mesa de la cafetería—. Avanza muy lento, a veces siento que va rápido y otras veces siento que retrocede. Ya ni sé, ni siquiera sé qué causó que tenga tanto miedo a las mujeres...

—No lo violaron si es lo que pensás —acotó Hernán de repente, por lo que Bianca levantó su vista para verlo—. Me lo dijo hace tiempo.

—¿Sabés por qué tiene fobia a las mujeres?

Muñequita [ #1 COMPLETA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora