Muñequita [ #1 COMPLETA ]

Capítulo N° 38

| ADVERTENCIA DE CONTENIDO |

Este capítulo contiene escenas de violencia de género, acoso e intento de AS.

Puede producir ansiedad o empeorar los síntomas de la misma.

Si sentís que te hace daño, no dudes en saltear las escenas que te sean necesarias, o abandoná la historia.

Tu bienestar es más importante.

***

Encerrada en su habitación, Marie no conseguía dejar de llorar. Su cuerpo temblaba y respirar era un martirio. Todo giraba a su alrededor mientras ella se cubría la cabeza con los brazos, con su llanto ahogado. No conseguía dejar de pensar en que había dejado allí a Bianca a solas con Braian, y ella sabía muy bien de lo que él era capaz. Había conseguido evitar por mucho tiempo que él la viera como mujer, pero ya con sus diecisiete años eso había cambiado, y ahora no solo Ailén y las muñequitas estaban en peligro, sino también ella misma que había crecido lo suficiente para ser de su gusto.

—Soy la peor amiga del mundo —gimoteó con mucho dolor.

Sin embargo un pensamiento cruzó por su cabeza, y aunque sus manos temblaban se apresuró a tomar su teléfono. Le costaba enfocar la vista no solo por las lágrimas, sino por el miedo que sentía. Sabía muy bien que no podía hablar con su padre, ni con Stefano. Braian se los había dejado muy en claro a ella y Ailén en el pasado, pero pensó que quizá podía hacer algo sin romper la regla.

El teléfono se le cayó un par de veces de las manos húmedas, hasta que consiguió llamar a la única persona en la que confiaba a ciegas la seguridad de su amiga. El tono se oyó un par de veces y debió intentarlo nuevamente, hasta que oyó esa voz.

—¿Marie, pasó algo? —dijo Hernán al otro lado del teléfono.

—Vení, por favor —rogó con su voz quebrada—, por favor.

Él tardó un poco en responder, parecía solo oír el llanto de ella en el teléfono.

—En diez minutos estoy ahí. No sé qué pasa pero quedate tranquila, ya voy.

***

Estaba llena de adrenalina y de furia, y aunque una parte de ella estaba asustada, la otra quería destrozarle el rostro a puñetazos. Sin embargo Bianca se mantuvo en guardia, a la espera de algún movimiento de él, porque ya se había enfrentado antes a depredadores como él, y estaba segura de que no se alejaría pidiendo disculpas.

Y no fue así.

Braian, lleno de enojo, le lanzó una fuerte bofetada al rostro que casi la hizo caer al suelo, sin embargo Bianca se abalanzó sobre él para darle puñetazo tras puñetazo en el rostro.

—¡¿Qué le hiciste a Lucía?! —gritó y le lanzó un fuerte puñetazo en la nariz.

—Como si fuera a decírselo a una puta como vos —escupió él y la volteó para quedar sobre ella, donde no dudó en golpearle el rostro.

—Puta ¡pero no tuya!

Le rasguñó el rostro, pero nuevamente él la golpeó con fuerza, lo que hizo brotar sangre de sus labios y llenar sus ojos de lágrimas por el dolor.

—Tampoco de Stef —se burló él y, con una sonrisa libidinosa, la tomó del rostro con rudeza—. Tenía pensado dejarte fuera del juego, ya sabés, por ser la noviecita de Stef, pero viendo que estás tan ansiosa...

Las lágrimas en el rostro de Bianca se hicieron más gruesas y una tras otras resbalaban por su rostro, con su pecho agitado y llena de pánico mientras se sacudía de su agarre.