Muñequita [ #1 COMPLETA ]

Capítulo N° 30

Dedicado a
Overtherainbowlalala

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Habían decidido almorzar juntos solo ellos dos, por ese motivo Stefano y Sebastián se habían dado un descanso de sus trabajos para poder salir a almorzar a un restaurante que estuviese a medio camino de ambos lugares.

Sebastián se bajó de su auto y colocó la alarma para poder caminar tranquilamente hacia ese restaurante donde Stefano lo estaba esperando, pues él había llegado primero. Al ingresar lo divisó enseguida, bebía un vaso de cerveza mientras esperaba a su amigo, quien no tardó en llegar hasta él y sentarse en la silla de en frente.

—¿Cómo va todo, Stef? —le preguntó Sebas mientras revisaba la carta.

—Bien, ya finalizamos los trabajos pendientes, solo queda que David se encargue de la contaduría —respondió Stefano y apoyó su vaso en la mesa—. Me dijiste que había unos problemitas en la clínica, ¿ya mejoró?

—Sí, hubo un problema con los pagos de las enfermeras e instrumentadoras, fue un lío pero ya lo resolvieron —dijo Sebas con un suspiro—. ¿Qué vas a pedir vos?

—Algo liviano, pensaba pedir una ensalada caesar simplemente. ¿Vos?

—Tal vez un plato de sopa y una ensalada —Leyó con la atención la carta y levantó la mirada cuando oyó a Stefano reírse.

—Hace calor, Sebas, ¿cómo vas a tomar sopa?

—Siempre tomo sopa, como una ensalada y un plato con proteínas y carbohidratos —dijo él con una sonrisa—. Sabés que como bastante.

—Lo sé, pero falta poco para el verano y ya hace bastante calor.

Stefano se rió pero no dijo nada al respecto, ambos hicieron su pedido cuando se acercó el mozo, lo primero que les llevó fue sus bebidas, y con ellas comenzaron a conversar animadamente de su semana.

—¿Cómo van las cosas con Bianca? —preguntó Sebas luego de darle un trago a su agua gasificada.

—Bien, vamos a nuestro tiempo —respondió Stefano con una sonrisa—, a veces se siente raro tener pareja, pero me gusta.

—Me dijiste que te llevás bien con su padre, ¿no?

—Sí, es muy amable, solemos conversar bastante —explicó, para luego beber un trago de cerveza—, es una buena persona que sufrió mucho en su vida.

—Qué bueno, yo he tenido mala suerte con los suegros en mi vida —dijo Sebas con una risita—, o me querían cagar a trompadas, o me trataban siempre muy mal, o me ignoraban como si no existiera.

Stefano lo miró en silencio un instante y dio otro trago a su cerveza, pensaba en cómo preguntarle respecto al padre de Hernán pero sin hacerlo sentir incómodo.

—Al menos tuviste buenas suegras, ¿no? Hasta hoy en día —dijo con una sonrisa.

Sebas soltó un suspiro y se refregó la sien con cansancio.

—Sí, especialmente con Nora. Creo que de todas es la mejor que tuve, las otras eran buenas pero un poco... intensas con casarme con sus hijas.

—¿Y no te gustaría casarte? —preguntó Stefano con sorpresa.

—La verdad no, me parece innecesario en una pareja. Lo entiendo si es para darle protección legal a la otra persona pero ¿solo por amor? No le veo sentido.

—A mí sí me gustaría, aunque no por el momento. Quizá en el futuro si logro sanar completamente —dijo Stefano con una sonrisa tierna.

Sebas lo miró en silencio por un buen rato, mientras que Stefano parecía entretenido con leer las bebidas en la carta.