Capítulo N° 35

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Dedicado a todas las que leen esta historia, y especialmente a quienes llevan tantos años acá <3


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| ADVERTENCIA DE CONTENIDO |

Leer con cuidado, si sentís que este capítulo te hace sentir incómodo, no dudes en saltear todas las escenas que te sean necesarias.

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Al atardecer se habían ido Giovanni y Donna de regreso a su hotel, partirían a Italia al día siguiente, por lo que se despidieron con cariño de Stefano y también de Bianca, con quien se habían terminado por llevar bien, especialmente Donna.

A pesar del pedido de Stefano por quedarse tranquila y quieta, Bianca había ayudado a levantar las tazas de café para ahorrarle trabajo a las chicas, y solo luego de ello fue que se sentó junto a Stefano en el living para poder admirar la belleza de ese enorme arbolito de navidad, que había sido decorado por Marie, quien siempre se entusiasmaba por la navidad.

El árbol era blanco, y estaba decorado en la gama de colores azul y aguamarina, y aunque a Bianca le gustaban los arbolitos más coloridos, debía admitir que se veía muy bonito.
Apoyó con cariño su cabeza en el hombro de Stefano, quien le dio un tierno beso en el cabello recogido delicadamente.

—¿Ya te dije que te ves muy hermosa? —le susurró.

—¿De verdad me veo hermosa, o lo decís por el pantalón que me aprieta el culo? —acotó con una risita.

Stefano se rió y volvió a darle un beso.

—Te ves hermosa —dijo mientras olía su perfume dulce, luego sonrió hacia un costado—, aunque...

—Sabía que lo habías mirado —se rió Bianca con ánimo.

—Es imposible no hacerlo —se rió él y se alejó solo un poco para poder verla a los ojos—. Hoy es un día caluroso, acá está fresco por el aire pero... ¿Te gustaría nadar un poco?

—Está bien, lástima que aún no nades...

—Un paso a la vez, puedo besarte y eso para mí ya es bastante —admitió Stefano con una sonrisa tierna—, tal vez en algún momento pueda volver a nadar.

Bianca se puso de pie, no sin antes darle un beso en los labios, para poder ir a buscar su bikini a la habitación, era una distinta que se había comprado a su gusto, y no tanto al de Stefano, aunque estaba segura de que a él le gustaría de la misma forma.

Al regresar con la bolsa en la mano se dirigieron juntos hacia allí, cruzando el patio trasero tan bello, lleno de flores, árboles frutales y bonitas decoraciones de jardín. El cielo aún se veía un poco claro debido al verano.

Stefano abrió la puerta y entraron juntos allí, a ese lugar con el ambiente climatizado y una gran y hermosa piscina. Se acomodó en uno de los asientos mientras esperaba a que Bianca finalizara de cambiarse.

—Gracias, Ailu —le dijo a Ailén con una sonrisa cuando recibió dos copas y un vino Cabernet, el favorito de Bianca—. ¿Por qué no descansás un poco?

—Luego, señor, tengo cosas que hacer aún —se disculpó Ailén al asentir con respeto.

—Es navidad, descansá un poco. ¿No querés ir con tu familia?

—Ya estuve ayer con ellos —se excusó Ailén con una sonrisa—, pero si no le molesta iré con Marie.

—Descansen, disfruten de la noche. Si quieren pueden venir a la piscina luego —propuso con una sonrisa—, no digo ahora porque va a ser muy incómodo para mí, pero cuando nos vayamos pueden venir.

Muñequita [ #1 COMPLETA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora