Capítulo N° 32 | parte 2

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Tanto Bianca como Hernán habían pasado toda la tarde junto a Leo y su familia, aunque él debía turnarse con cada uno de ellos, y de todas las personas en la casa trató de pasar mucho más tiempo junto a Guille y Melanie, quienes más lo necesitaban.

Así se encontraban Bianca y Hernán tomando mate en el patio de Nora, sentados en el bonito césped tan prolijo. Frente a ellos se encontraban Leo y Guille tomando tereré, ya que sus respectivas parejas prefirieron quedarse adentro con el aire acondicionado.

Desde allí se escuchaban las risas de Alejandro, Melanie y Nati, que bromeaban en su departamento.

—Carita de pan —le dijo Bianca a Hernán en un susurro, para que sus padres no los oyeran—, ¿vas a acompañar a Ale a Corrientes?

Él la miró bastante confundido.

—No, ¿por? ¿Va a ir?

—¿No lo sabías? —Bianca lo miró con sorpresa y se mordió el labio, acababa de mandarse una cagada monumental.

—¡Pá! —dijo Hernán en voz alta y él giró para verlo con una sonrisa, estaba tan contento que irradiaba luz—. ¿Ale se va a ir con vos?

—Como me compré la Amarok le regalé mi auto, no lo estoy usando y Adri ya tiene el suyo —explicó con una sonrisa—, así que viene conmigo mañana y vuelve manejando.

—¡¿Le regalaste un auto a él y no a mí?! —chilló, completamente ofendido.

—Hijo, Ale es el mayor, le corresponde a él, y tiene licencia de conducir —suspiró—. No todo siempre puede ser para vos, Ale también merece atención.

Hernán se cruzó de brazos realmente ofendido, aunque si lo analizaba, sería la primera vez que ser el mayor le brindaba algún beneficio a su hermano. Terminó entonces por suspirar.

—¿Y va a volver solo? Es peligroso —dijo, con un gesto muy preocupado.

—Él quería pedirte que lo acompañaras pero sabemos que todavía te falta un examen, así que le pidió a su amigo Nicolás que lo acompañe.

—Está bien, pero que no vuelva solo, es peligroso —insistió Hernán, luego giró hacia Bianca con el ceño fruncido—. ¡Y vos ya lo sabías!

—¡Creí que lo sabías! —se defendió ella—. Me lo dijo Mela, creí que tal vez Ale te lo había dicho...

—Cara de torta, Ale y yo no tenemos la relación unida y cariñosa que vos tenés con Mela —se rió con ganas.

Bianca no agregó nada, porque sabía que aunque esos dos se pelearan a muerte, en realidad se adoraban. Nunca dirían algo bueno del otro, ninguna clase de halago, pero ambos serían capaces de dar su vida por su hermano de ser necesario.

—¿Vos no vas mañana con Stef? —le preguntó Hernán a Bianca.

—No, Stef no quiere que los Kaczmarczyk me conozcan.

—Deben ser realmente jodidos para que ambos les tengan miedo —suspiró Hernán.

—¿Cómo dijiste que se llamaban? —preguntó Guille con seriedad.

—Kaczmarczyk —repitió Hernán—, ¿por?

—Una vez conocí un abogado Kaczmarczyk, una basura de ser humano, po —dijo Guille con seriedad—, no lo conocí personalmente en realidad, pero fue el abogado que intimidó a mi tío por un juicio laboral en la empresa y lo llevó hacia la depresión.

Bianca y Hernán se miraron entre sí, con seriedad.

—Sí, claramente es uno de ellos.

Ninguno de los dos vio adecuado decir que Sebas era también un Kaczmarczyk, no cuando Leo aún no lo conocía, no deseaban influir en su primera impresión. Pese a que Sebas era diferente al resto de su familia, una información como esa podría poner más tenso el ambiente.

Muñequita [ #1 COMPLETA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora