| ADVERTENCIA DE CONTENIDO:
Este capítulo contiene escenas sexuales |~ • ~
Había llegado el día, debido a los problemas de ansiedad de Bianca no pudo estar presente para oír la sentencia. Durante todo el proceso judicial ella estuvo excluida de asistir debido a sus traumas y miedos, y era Sebastián junto a su abogado el encargado de todo lo demás.
Se encontraba en casa de Nora, quien apretaba una de sus manos mientras que Melanie tomaba la otra. Ninguna hablaba, las tres estaban en silencio total, observando el teléfono sobre la mesa, a la espera de esa llamada tan importante.
Bianca sentía esa fuerte presión en su pecho que le impedía respirar, porque su mente continuaba creando los más catastróficos escenarios. Pensaba que algo salía mal, que los Kaczmarczyk se salían con la suya y Braian cumplía su amenaza de arruinar su vida y la de sus seres queridos. Respirar era un verdadero reto, pero cuando por fin el teléfono sonó y Nora lo puso en altavoz, la grave y profunda voz de Sebas se oyó ahí.
—Ya está hecho —dijo—. Ya está, Bianca. Podés respirar.
Bianca se cubrió el rostro con las manos y lloró con fuerza, liberando todo el dolor de su alma. Recordó los golpes, la pelea en el suelo con ese rubio, las amenazas y las cosas que le decía. Recordó su propio dolor, pero también el de Lucía, el de Ailén y el de Mariela. Recordó las humillaciones a Stefano y Sebastián, las miradas lascivas y su voz socarrona. Y con cada lágrima, con cada grito adolorido, sintió que su alma se iba limpiando poco a poco.
Melanie y Nora la abrazaron juntas con fuerza, querían reconfortarla, demostrarle que no estaba sola y que ellas estaban allí, a su lado.
Su llanto desesperado era fuerte y cargado de dolor, pero poco a poco comenzó a sollozar más despacio, luego los sollozos desaparecieron y pudo sonreír. Comenzó a reírse y se puso de pie, algo mareada, para poder salir al patio trasero. Melanie la siguió de cerca mientras que Nora hablaba por teléfono con Guillermo, que había presenciado la sentencia.
Se sentó en medio del patio, sobre el césped frío. El viento era helado, la hacía tiritar, pero necesitaba estar ahí. El cielo se veía claro y despejado, sin una sola nube de lluvia. Era un día hermoso y, pese al viento frío, el sol se sentía cálido al acariciarle el rostro.
El sol, como era ella en la vida de Stefano, como era él en su vida.
Entonces inspiró profundamente mientras que Melanie se quitaba el abrigo para colocarlo sobre los hombros de su hermanita. Bianca dejó ir el aire despacio, sintiendo sus hombros más ligeros. El dolor seguía ahí en su pecho, en sus recuerdos y su corazón, pero ahora la carga era menos pesada. Sentía que respiraba por primera vez, como una recién nacida, con lágrimas y frío.
Pensó en su madrina, que le había prometido que todo saldría bien, que la había convencido de denunciar. Clap le había dicho que con la justicia la pesada mochila se iría y podría tener, por fin, paz. Bianca se sentía verdaderamente en paz.
Luego de unos minutos Melanie la hizo entrar en la casa para que el frío no pudiera afectarle, allí ya se encontraba Clap, quien corrió para abrazar a su ahijada. La llenó de besos por todos lados, sin soltarla en ningún momento.
—Llegué tarde para oírlo —dijo y le besó la cabeza.
—Madrina —dijo Bianca y se alejó para dedicarle una sonrisa—. Gracias, sin vos… sin vos no lo habría hecho.
—Oh, bombona —Le acarició el rostro con cariño—. Solo necesitabas un empujoncito, yo no hice nada. Todo lo hicieron Stefano, Sebastián y tu amiga Lucía, es a ellos a quienes tenés que agradecerles.
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Muñequita [ #1 COMPLETA ]
Ficción GeneralSuperar los miedos y olvidar el pasado puede ser muy difícil, pero superar el miedo a las mujeres puede ser casi imposible... FECHA DE PUBLICACIÓN AÑO 2014