Muñequita [ #1 COMPLETA ]

Capítulo N° 22 | parte 2

| ADVERTENCIA DE CONTENIDO |

Este capítulo trata la depresión, el alcoholismo y la autoflagelación. Si sentís que no podés leerlo, no dudes en saltear las escenas hacia otras más alegres, o frená la lectura.
Tu bienestar es siempre más importante.

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Dedicado a _MyHeros_
Hace rato quería dedicarte un capítulo, espero este te guste a pesar de todo <3

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El estómago se le retorcía como si dentro suyo estuviesen exprimiéndole las entrañas, y eso le producía más náuseas. Todo danzaba a su alrededor y, para aumentar su pesar, alguien se acababa de colocar un perfume fuerte. El olor a alcohol fresco la estaba torturando, le hacía recordar la bebida, la incitaba a beber, a dejar de sufrir tanto dolor y solo beber un trago.

«¿Qué mal podría hacerme un trago?»

Pensó, luego sacudió su cabellera castaña y se tomó la cabeza con dolor, con sus ojos inundados en un océano de dolor, se resistía a la tentación de tomar un trago. Un trago, solo un trago le haría dejar de sentir todo ese dolor que estaba sintiendo, y le haría olvidar.

Melanie quería olvidar.

Sus manos temblaban de forma casi incontrolable. Su cabeza daba vueltas a múltiples pensamientos nocivos, recuerdos de las palabras de su madre que como dardos se clavaban en su mente: «no servís para nada», «nadie te quiere», «solo existís para arruinarnos la vida», «por tu culpa tu padre se fue», «¿no ves que todos te odian?».

Se hizo un ovillo y sujetó su cabeza, susurrando incontables veces que la dejen en paz. Que esos recuerdos la dejaran por siempre.

Miró sus brazos y comenzó a clavar sus uñas en su piel, a rascarse para sentir que estaba viva. Su piel se desgarró y con ello la sangre no tardó en llegar.

¿Cuántas veces había pensado en dejarse ir? Pero nunca pudo hacerlo, se sentía una cobarde. Cobarde porque temía vivir, y porque temía morir. Cobarde porque era incapaz de ser igual de fuerte que su hermana menor.

Podía oír la voz de Bianca cerca, se reía junto a alguien, un chico. Suponía que era Hernán, pero no podía recordar cómo era su voz. Todo en su mente era borroso, porque solo esas palabras parecían habitar allí.

Melanie cerró los ojos con fuerza, trató de omitir las lágrimas que la estaban torturando. Quería olvidarse de todo, quería volver a beber un trago y dejar todo atrás, pero quería ser fuerte por Bianca y superar todo lo que le estaba pasando. Deseaba poder volver a ser la misma de antes pero dudaba poder serlo algún día. Porque era débil, porque no valía nada. Porque eso es lo que le habían dicho por tantos años.

Sus brazos estaban llenos de cicatrices, y observó cada una, cada marca del paso del tiempo y prueba de cada vez que pensó en dejarse ir.

Se sentó en la cama y se abrazó a sí misma mientras miraba todo a su alrededor. No reconocía la habitación, era demasiado masculina como para ser la de ella y Bianca. Una guitarra se lucía en una pared y algunas fotos decoraban los costados.

Estaba asustada, tenía mucho miedo. No era la primera vez que despertaba en un lugar desconocido, pero las veces anteriores había alguien allí, alguien que la lastimaba.

¿Cuántas veces la habían lastimado?

¿Cuántas veces se habían aprovechado de ella, la habían metido en un auto y había despertado en un lugar desconocido?