CAPÍTULO 7.

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Esa mañana nos levantamos todos con los ánimos a flor de piel: la primera prueba del torneo estaba a punto de comenzar, y Hermione ya se había levantado con suficiente antelación para asegurar colarse en la carpa de campeones. Yo me quedé fuera, intentando entretener a todos los profesores que había alrededor para que ella entrase a darle ánimos sin ser vista, o peor, vista y castigada.

Cuando casi todo estaba listo para comenzar caí en la cuenta del frío viento que azotaba ese día, y que la larga prueba se desarrollaba a la intemperie: era morir de hipotermia o perderme algo de la prueba antes de que Harry participara, así que eché a correr con rapidez en dirección al castillo a por mi capa, pero choqué fuertemente contra algo. ¿O alguien?

-¿Lancaster? ¿Estás bien?-
El inconfundible olor a manzanas y menta.
-...¿Draco...?- Entreabrí los ojos, aún en el suelo.
Su mano, helada y suave tiró con fuerza de mi hacia si mismo. Tanto, que nos quedamos a escasos centímetros.
De nuevo las dichosas respiraciones aceleradas, de nuevo Draco mirando directamente a mis labios. De nuevo esa extraña tensión que se apoderaba de nosotros.
-¿A dónde ibas con tanta prisa, patosa?- preguntó con una leve sonrisa. Tu pequeño novio Hufflepuff va a competir ahora, ¿tan poco te interesas en verlo?- su tono cambió a cierta irritación y burla.
-Me estaba quedando helada, Malfoy, voy a por mi capa- dije rodando mis ojos- y no, no tengo ninguna relación con Diggory.
-Mejor... o sea, a mi me da igual pero... bueno, ya sabes... -sonaba nervioso, su mirada hacia cualquier punto perdido en el cielo.
-Lo sé. Sé que te da lo mismo, ahora si no te importa...- aunque me costara admitirlo, sentí una pequeña punzada al asumir que le daba igual, y continué mi camino.
-Espera, Lancaster- su mano de nuevo en la mía, como aquella noche- tienes los labios... ya sabes, el frío. Morados- sus ojos penetrando en mis labios de nuevo, acercándonos poco a poco, sin poder evitar restar centímetros.

-¡Eh, Draco! Vamos, va a empezar- dijo Blaise Zabini corriendo en dirección al terreno de juego.

Separándonos rápidamente, observo a Draco quitarse su capa:

-Ya ves que está a punto de empezar. Creo que Potter tiene a una buena animadora aquí, no deberías perderte nada de la prueba. Usa mi capa, estás helada y yo no tengo frío- dijo con una leve sonrisa en su pálido rostro- además, disfrutarás llevando la capa de una casa de verdad, no como esa a la que perteneces- rió.

-Sólo la acepto porque me muero de frío, Malfoy- contesté fingiendo molestia entre risas- Gracias. Muchas gracias, Draco.

Y me fui corriendo, viendo como Draco avanzaba en la misma dirección pero despacio, sin perderme de vista, como sumido en sus propios pensamientos.

La primera prueba daba comienzo.

POLOS OPUESTOS: Draco Malfoy y tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora