CAPÍTULO 50. EPÍLOGO.

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AÑOS DESPUÉS..:

-Definitivamente parece que voy a explotar... Pero en fin, tened buen viaje los tres, estoy perfecta, id tranquilos- dije mientras tomaba las manos de mi madre y de mi padre, y Narcissa acariciaba mi mejilla con cariño.

-¡Adiós, abuelos! Os contaré todo sobre Hogwarts y sobre mi hermanito cuando nazca- dijo Emma abrazándose a los tres, mientras mi madre la tomaba en brazos.

-Definitivamente, llevas mi nombre, pero eres absolutamente igual que tu padre- dijo mi madre acariciando la cabellera rubia de nuestra pequeña.

-Tiene casi todo de los Malfoy- dijo Draco tomando mi cintura y besándome- pero los ojos... tiene los ojos de su madre.

-Bien, nos vamos cariño- dijo mi padre dándonos un último abrazo- ya nos contáis qué tal el primer día de Emma.

-Y cualquier cosa... -añadió Narcissa acariciando mi tripa- ¡avisadnos! Queremos estar a tu lado cuando el pequeño Remus nazca.

-Lo haré- dije sonriente, mientras Draco acompañaba a la salida a nuestros padres.

Me senté con dificultad en el enorme sofá del salón. Quedaban a penas semanas para traer al mundo a nuestro segundo hijo, esta vez un niño.

Jamás habría podido imaginarme lo feliz que sería.

Abrí un libro sobre adivinación, (uno de los tantos que tenía, ahora que ya manejaba el don con facilidad) e intenté concentrarme. Pero la conversación entre Draco y Emma me atrajo, y me asomé al pasillo sin que me vieran.

-Seas Gryffindor o Slytherin, serás la mejor bruja del mundo... como tu madre- decía Draco cariñosamente mientras sostenía en brazos a Emma, acariciando su cabello.

-¡Pero yo quiero ser Slytherin... como tú, papi!

-Y probablemente lo seas- contestó riendo- pero no olvides esto: en Gryffindor no solo estuvo tu madre, la bruja más valiente que conocí, si no también tus tíos Ron, Hermione y... tu tío Harry, el mago más talentoso que conozco.

-Tengo miedo, papi... de no ser tan buena como tú y mamá o no saber qué hacer...

Draco la puso en el suelo, ajustando el botón de su traje negro y agachándose a su altura.

-Te lo iba a dar mañana de camino a King's Cross pero...- sacó de su bolsillo un colgante verde esmeralda y se lo colocó al cuello.

-¿¡Como el tuyo y el de mami!?- gritó Emma emocionada.

-Exacto- rió Draco- lleva tus iniciales ¿ves? Cuando necesites o quieras algo con mucha fuerza, se iluminará.

-Gracias, papi...- y Emma abrazó rápido a Draco para luego subir corriendo por las escaleras de nuestra mansión.

-De nada, mi princesa...- susurró para si, mirándola irse.

-¿Estamos nostálgicos, eh? -pregunté intentando bromear con él pero ocultando las lágrimas que me producía verle siendo el padre que era: perfecto.

Se levantó, recuperando su actitud y miradas orgullosas y me tomó de la cintura, apoyándome contra la pared cuidadosamente.

-¿Y las ganas que tengo de besar a mi mujer?- susurró en mi oído.

-Venga, Malfoy... con estas pintas estoy de todo menos sexy- dije riendo, señalando a mi tripa de 8 meses.

-Para mi siempre lo estás...- y me besó, tomando mi cara entre sus manos.

-Te quiero, Malfoy...- dije con mi frente pegada a la suya.

-Te amo más... Malfoy- contestó-. Siempre.


NOTA AUTORA:

Ai :( Ahora sí... ¡Finalizado!

Amé mucho esta historia, y más a la gente que me habéis leído. GRACIAS.

Si queréis que, en un tiempo, suba otro fanfic pero sobre el desarrollo de la relación entre Draco y Tú (cómo continuaron siendo pareja, casarse, tener hijos, nuevas tramas con ellos de adultos) hacédmelo saber con algún comentario o favoritos. Si no, dejo de escribir aquí. En el epílogo lo pondré de nuevo para que leáis esto y decidáis.

Ahora sí por última vez... besitos y manzanas verdes 💔💚🍏🐍✨

POLOS OPUESTOS: Draco Malfoy y tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora