CAPÍTULO 46.

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Aquella especie de embarcadero nos dio pie a escondernos fuera de la casa, apoyados contra la pared externa, al lado de una ventana.

Todo se podía escuchar con bastante claridad.

-Entonces, ¿cómo es posible Severus...?

-No lo sé, mi Señor- decía Snape pausado- la varita es poderosa, y te responde enteramente a ti.

-Oh, no, no...- rio irónicamente aquella asquerosa voz- la varita responde a otro... Lo sabes bien, Severus.

Un silencio se produjo dentro. Serían 20 segundos que para nosotros se sintieron como 20 años.

-Has sido un siervo bueno. Y fiel.

Draco me miró inmediatamente. Sudando frío. Con los ojos asustados. Y yo lo supe.

-Nagini... ¡mata!

Me quedé petrificada. El corazón me bombeaba en la sien tan fuerte que parecía que la cabeza me iba a explotar.

Harry entró envuelto en cólera. Nosotros detrás. Y allí le vimos, al borde de la muerte.

-Profesor...- Harry colocaba sus manos sobre la herida mortal del cuello de Snape como podía.

El se limitó a darle un recuerdo en forma de lágrima.

Y luego se dirigió a mi:

-En mi bolsillo, Lancaster...- susurró con dolor reflejado en su voz.

Me agaché cuidadosa, y con las lágrimas resbalando sin control por mis mejillas rebusqué en su capa y saqué de ella un objeto.

-Mi colgante...- dijo Draco tras de mi.

-Sabía que ibas a destrozarlo por tu enfado...- dijo con esfuerzo- y sabía también que eso era un error...

-Profesor no hable, ahora debe...- me cortó con un gesto de su mano.

-Draco... Draco Malfoy sólo es como yo...- y le miró con pena- parecemos algo pero, no somos eso...- y se sonrieron con los ojos llenos de lágrimas.

-Cui...- suspiró entrecortado- cuidaos mutuamente... y no flaqueéis ante Él... tenéis el mismo patronus...

Más lágrimas vertieron de sus ojos, mi estómago estaba completamente del revés, el corazón me dolía. De rodillas ante él lo vi irse, con Harry sosteniéndolo cariñoso y Draco abrazándome a mi.

-Tienes los ojos de tu madre...- habló por última vez a Harry.

Y se fue. Mi profecía estaba cumplida, de nuevo.

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Cuando emprendíamos la marcha hacia el pensadero me detuve. Tenía que decírselo a Harry.

Él merecía saber lo que sospechaba acerca del último horrocrux. Y no hablaba de Nagini.

-Harry, ya he esperado suficiente hemos de hablar sobre lo que...

De nuevo aquella asquerosa y tenebrosa voz irrumpió en nuestros cerebros. Más intensamente en el de Harry y el mío, aunque Draco también se retorcía ante aquello.

Ya ha sido suficiente... No puedo insistir más en guerras absurdas. Harry Potter, preséntate ante mi ya, acaba con esto. Enfréntate a mi.
T/n Lancaster.., acepta tu destino en nuestras filas o muere. Draco Malfoy, este mensaje también es para ti.

Todos estaban preparados. Unos en la entrada, otros en las ventanas. Otros en la Torre de Astronomía.

Allí subimos Draco y yo mientras Harry corría hacia el pensadero. Al mirar al fondo pudimos verlo, un mar de personas atacando Hogwarts. Había comenzado.

-Ya escuchaste el mensaje...- susurró Draco sin apartar la mirada ante el espectáculo que se avecinaba- ¿qué vas a hacer?

Le miré irónica.

-Ts... ¿Qué voy a hacer? Luchar, Malfoy. Luchar hasta el final. Mi destino no es ese, son mis decisiones. Y mi decisión es luchar aquí.

Aparté la mirada clavándola en la suya.

-¿Y tú..?- pregunté con algo de miedo.

-Luchar a tu lado. ¿Juntos, Lancaster?

-Siempre- contesté.

Nuestros colgantes se iluminaron. Nos dimos la mano una última vez y esperamos.

Ya llegaban.

POLOS OPUESTOS: Draco Malfoy y tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora