CAPÍTULO 35.

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* AVISO CONTENIDO EXPLÍCITO.

-¿Tú tampoco puedes descansar?- escuché en la puerta.

El salón, vagamente iluminado por la luz proveniente de la chimenea se inundó de ese olor a manzanas verdes y menta.

Yo estaba de pie, mirando como las gotas de lluvia resbalaban por la ventana. Llevaba puesto el pijama de seda corto que Draco ya conocía.

Esta vez, no pude evitar fijarme en lo atractivo que estaba cuando se paró detrás de mi, rozando su cuerpo contra el mío. La camiseta básica y unos pantalones holgados destacaban la silueta esbelta y fuerte de su cuerpo.

-Estoy nerviosa.., tengo demasiadas cosas en la cabeza- contesté respirando hondo, mientras el comenzaba a acariciar mis brazos con sus dedos, y rozaba sus labios en mi oído.

-Déjame ayudarte con eso, Lancaster- susurró.

Entonces tomó por detrás mi cintura entre sus manos con fuerza, y devoró a besos húmedos y mordiscos mi nuca y mi cuello.

Un pequeño gemido exhaló de mi boca. Mis latidos se aceleraban.

Con una mano, aún de espaldas a él, giró mi cara para que nuestras bocas se encontraran, mordiendo mi labio inferior. Jugando con mi lengua. Introduciendo un dedo en mi boca.

-D...Draco- deslicé una de sus manos hacia mis pechos, y con suavidad los tocó provocándome sensaciones en todo el cuerpo.

Gemí un poco más fuerte esta vez, ante lo que él soltó un gruñido susurrado de placer colocándome con autoridad contra la pared, de espaldas a él.

El pantalón holgado permitía que notase su erección rozando contra mi trasero. Sus manos ahora en cada uno de mis pechos y su boca devorando la mía, llevándome al máximo, provocando un azote de placer en mi cuerpo.

Paró un poco.

-Yo... T/n, esto, no tenemos que ir tan rápido... si quieres pasamos al sofá y nos besamos, sólo quiero que estés cóm...- le corté.

-Sigue Draco, por favor, sólo sigue...- susurré de placer en su oído, mientras agarraba mi cabello con firmeza y me acariciaba las mejillas.

-Agh. Tu puto vicioso olor a vainilla, Lancaster- y me tomó en brazos con ambas manos en mi trasero, llevándome al cuarto principal.

Cuando su cuerpo estaba ya tumbado sobre el mío, bajó un poco la rapidez e intensidad.

-Ahora es mi turno, déjame a mi.

Besó mi cuello colocándose entre mis piernas, abiertas y relajadas mientras quitaba mi top, besando, mordiendo ligeramente y chupando mis pezones.

Gemí. Y me miró satisfecho, con autoridad.

Cuando quise darme cuenta había quitado con cuidado mi pantalón y mi ropa interior, y mientras me besaba jugaba con su dedo en mi vientre, en mi ingle, en la cara interna de mi muslo...

-Yo...-vacilé- D... Draco, es mi primera vez- solté lo más calmada que pude.

Sonrió, besando cuidadosamente mi frente y mi boca.

-Pues hagamos que la recuerdes.

E introdujo un dedo dentro de mi, absolutamente húmeda, y lo movió con la intensidad exacta, provocando en todo mi cuerpo una ola de placer.

Exhalé un gemido.

-No pares, Draco por favor...- susurré entrecortada.

Y un absoluto clímax de placer tomó cada parte de mi cuerpo.

-Procuraré que no te duela...- susurró en mi oído mientras lentamente entraba dentro de mi, colocándose encima con cuidado.

Poco a poco, fue aumentando el ritmo, poco a poco me fui perdiendo más y más en aquel absoluto placer.

Ver a Draco Malfoy, con el pelo desordenado, una mano tomando mi cabeza y la otra de forma masculina apoyada en el cabezal de la cama, moviéndose rítmicamente y apretando silenciosamente los labios entre suspiros de placer hizo que ocurriera.

-N... no puedo más, Lancaster. Me vuelves loco- susurró entre placer y una sonrisa, terminando ambos a la misma vez. Yo por segunda vez.

La paz reinaba en la habitación.
Tumbada sobre su pecho, con su mano acariciando mi espalda desnuda, tomó mi mentón alzando mi cara y conectando nuestras miradas.

-Te amo, bruja irresponsable...

-Te amo más, Malfoy...

Fue de las noches que más dormí hasta entonces. No sabía que pronto dejaríamos de poder disfrutar de aquello.

POLOS OPUESTOS: Draco Malfoy y tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora