Y si nos pasamos un mes juntas y nos saciamos las ganas? Y si por ese mes fingimos ser eso que nunca seremos? Y si nos amamos? Y si no celamos y luego nos reconciliamos? Y si nos cuidamos cuando nos enfermemos? Y si tu me mimas cuando me ponga malcr...
Camila-entonces Juliana era cubana?—sonrió, no sabía porqué, pero le causó gracia llegar a esa conclusión—no logro entender porqué no has logrado saber nada de ella en todo este tiempo si encontrar personas en la isla es lo más fácil qué hay. Están encerrados allí, no tiene a donde ir—Valentina sonrió con amargura. Seguía de espaldas a ella mientras contemplaba el vendaval que caía afuera. Y dentro de ella.
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Camila Cabello:
Veintiocho años de edad. A pesar de su corta edad era una reconocida psicóloga a nivel nacional, y aunque a ella no le gustara aceptarlo, mucha parte del prestigio que tenía era gracias a su difunto padre Alejandro Cabello, el cual también había sido el único psicólogo que Valentina respetó.
Apenas tenía diecisiete años cuando conoció a Valentina, Brando y los amigos de estos. Recordaba con cariño esa noche porque había perdido la virginidad, y no sólo sexualmente hablando, sino que esa noche hizo muchas cosas por primera vez.
Fumó marihuana, olió perico, tomó pastillas, se emborrachó, vomitó, se besó con una mujer y acabó cogiendo por primera vez en su vida con el mejor amigo de esa mujer en la parte trasera de su coche blanco mientras huían a toda velocidad del sitio donde realizaban las carreras clandestinas ya que estaban siendo perseguidos por la policía.
Para la joven Camila había sido emocionante venirse justo en el momento que la chica de cabellos rebeldes que conducía el auto como una puta psicópata, presionó el freno abruptamente haciendo que el auto derrapara incontrolablemente hasta detenerse a escasos centímetros de un poste eléctrico de concreto. A escasos centímetros de la muerte.
Lo otro que recordaba de la noche en que los había conocido, es que después de gritar y festejar como unos locos dentro del auto que seguían vivos y libres, Valentina le pidió a Brando que fuera él el que continuara manejando porque ella se había calentado al escucharlos coger. Fue entonces cuando Camila advirtió la presencia de alguien más.
En todo ese tiempo los estuvo acompañando una mujer que aparentaba ser mucho más mayor que ellos, sentada en el asiento del copiloto. Pudo notar también que la mano de la rubia estaba metida entre las piernas de esta. Su piel era oscura como la noche, pero sus ojos brillantes como la luna.
Tenía un cuerpo de escándalo y si fue consiente de todo eso, fue porque no dejó de mirar a través del espejo retrovisor todo lo que ellas hacían en el asiento trasero del auto mientras Brandon conducía de regreso al centro de la ciudad. Sin duda era una noche para no olvidar, una noche en la que creía que la que terminaría en el asiento trasero del auto con la joven rubia sería ella. Y sí que acabó cogiendo en ese sitio, pero no con la rubia sino con el amigo de esta.
Es cierto que la joven Camila había aceptado a Brandon para llamar la atención de Valentina y estar cerca de ella, pero al poco tiempo se dio cuenta que se había enamorado del dulce y alocado joven que solo tenía ojos para ella. También porque Valentina en más de una ocasión tuvo que detener sus avances. Camila entendió que la rubia jamás traicionaría a su amigo. En ocasiones sentía celos de esa amistad, pero con el tiempo también la fue aceptando y formando parte de la manada de amigos que tenían Brandon y Valentina.
