AMOR A PRIMERA COGIDA

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  "La primera ves que se vieron no la podrían olvidar nunca. Y cómo hacerlo, si fue la primera vez en sus vidas que desearon que algo fuera eterno"

-Pues sabes qué?! ¡Que sí! Que acepto—le entregó la botella con brusquedad a su amiga y esta se acercó a ella invadiendo su espacio personal, pues estaba segura que sería ella la elegida, pero no, no era así, no lo sería nunca y ya era momento de que lo comenzara a aceptar en realidad—voy a salir del agua y me besaré con la primera mujer que se cruce en mi camino—espetó casi contra los labios de esa fiel amiga que suspiraba por ella desde que la había conocido.

La morena se hundió y nado unos tres o cuatro segundos bajo el agua para avanzar, entonces cuando se sintió cerca de la orilla salió a la superficie y fue todo para ella, todo se puso en pausa a su alrededor y lo único importante parecían ser esos ojos que a pesar de la distancia le pudo poner un color, y el color no era otro que el azul, un hermoso azul que la había hechizado automáticamente.

De repente olvidó que era lo que iba a hacer, o que era lo que no debía hacer, así que solo se dejó llevar por la sensación del momento, un momento para el que nadie la había preparado, porque nadie nunca la había preparado para sobrevivir a tal acontecimiento, al acontecimiento de su vida, al más importante de todos, pues a sus diecisiete años se acababa de dar cuenta que las almas gemelas sí que existían, que esos amores surrealistas de los que tanto su amiga se burlaba existían y podían ser reales, que siempre estuvo en lo cierto cuando aún en sus momentos más difíciles y oscuros, se decía así misma que algún día podría encontrar un amor tan real e intenso como el de sus novelas románticas favoritas.

Incluso llegó a creer que a su vida podría llegar un amor como el de las telenovelas de Televisa y eso ya era tener mucha fe, fe que había ido perdiendo con el tiempo y los golpes de la vida, pero que esa mirada azul le había devuelto más rápido que el paso de una estrella fugaz.

  De lo único que la chica que salía del mar fue consiente en ese momento en el que caminaba hacia la misteriosa chica de cabellos rubios rebeldes, fue que esa noche estaba siendo la más estrellada que alguna vez había visto y, a pesar de eso ninguna de esas estrellas brillaban más que los ojos de esa joven que había comenzado a avanzar hacia ella. También concluyó con que la luna por muy llena que estuviera esa noche del 14 de septiembre, no se podía comparar con el gran vacío que la sola presencia de la chica había logrado llenar en tan solo segundos dentro de ella.

  Estaba como poseída, ni siquiera escuchó los gritos de su desesperada amiga, pues había comenzado ese juego con la intensión de ser la beneficiada, pero lastimosamente para ella, la morena no podía escucharla, la chica rubia la había hipnotizado y cautivado a tal punto que sin siquiera poder evitarlo, se deshizo de la parte de arriba de su bikini amarillo mostaza.

  No era la primera vez que se desnudaba ante alguien. Tampoco era la primera vez que la habían visto desnuda, pero sí que era la primera vez que lo hacía sin miedo y sin ser forzada. Si lo estaba haciendo era porque quería y lo deseaba. No podía ni quería entender en ese momento porque estaba actuando así, era como si una fuerza superior a todos sus preceptos y principios la estuvieran induciendo a caer en el pecado que nunca había caído.

No tenía el control de sus actos porque estaba dejándose arrastrar por la fuerte conexión que esa joven que también se había desprendido de la parte de arriba de su bikini blanco, le transmitía.

  Extendió una de sus manos hacia esa chica dando con la coincidencia de que la chica de mirada azulada también le extendía una de las manos suyas.

La verdad era que si la morena de bikini amarillo mostaza se ponía a enumerar las veces en las que se había sentido una pecadora, estaba segura que no habría penitencia alguna que la pudiera salvar, pues ella desde hacía un tiempo había descubierto su gusto por las mujeres y ese gusto culposo era algo que estaba vetado y discriminado en la religión de la que era devota, en su reducido entorno y sobre todo por su pequeña familia.

MUCHO MÁS QUE AMOR (Juliantina )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora