EL ELEFANTE EN LA HABITCIÓN

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Brandon-apúrate Valentina—dijo impaciente ya que su madre llevaba más de cinco minutos intentando anudarle correctamente el lazo verde a juego con su traje de zatín del mismo color hecho a su medida, camisa y zapatos negros estilo bluché. Ella suspiró y su hijo la detuvo tomando sus manos y buscando sus ojos ya que estaban a la misma altura debido a que ella estaba de rodillas ante él—te sudan las manos. Te sientes mal?—se preocupó y Valentina se culpó al darse cuenta que por su culpa su hijo se podía sentir más incómodo de lo que ya se debía sentir al estar a punto de recibir a más de doscientas personas en su casa
Valentina-no, solo que... que...—volvió a suspirar—estoy un poco nerviosa. A mi tampoco me gustan estos tipos de eventos con mucha gente—sonrió mientras le acariciaba las mejillas a su hijo y este también sonrió
Brandon-te pegué mi autismo—ambos carcajearon—saliste a mi—seguían de broma y eso sin duda logró disipar un poco los nervios de Valentina.

Valentina-respeta a tu madre—le dió una nalgada pero sin fuerza—que no se te olvide que yo te parí, por tanto fuiste tu el que salió a mi—le hizo cosquillas pero se detuvo al darse cuenta que no solo le arrugaría la ropa a él, sino a ella misma, que también se había decidió por el color verde ya que era el preferido de su hijo, solo que ella llevaba un vestido de noche largo del mismo material que el traje de Brandon, estampado y de tirantes con algunos adornos negros en uno de los costados. Su cabello liso suelto, poco maquillaje y en los labios solo se aplicó una fina capa de labial rojo. Escogió unos zapatos altos de punta de color negro.

Al cabo de un rato de risas lo agarró del cuello de su blazer y lo acercó a ella para dejarle un beso en la mejilla y finalmente lograr anudarle el lazo. A Brandon no le gustaba echarse nada en su cabello por lo que solo le acomodó un poco los pelos para que no pareciera que estaba despeinado. Se puso de pie, lo llevó hacia el espejo y le guiñó un ojo a través de este para que supiera que estaba listo y muy guapo.

Brandon-porque estas nerviosa?—dijo sacándola de su adormecimiento ya que se había quedado prendada de la imagen de su hijo que cada día se parecía más a ella. Le recordaba a la niña que en algún momento fue y, también advirtió lo rápido que estaba creciendo pues poco le faltaba para estar de su mismo tamaño con tan solo nueve años. Aveces, muy pocas veces, llegaba a la conclusión de que Brandito había heredado eso de su padre biológico porque aunque ella no era bajita, estaba segura que esas características sólo podrían venir por parte de ese hombre que no podía recordar—es por Juliana? Ella va a venir Valentina, me lo dijo, vienen todos—dijo sin despegar los ojos de su madre a través del cristal. Brandon al igual que ella, estaba completamente enamorado de su madre, por lo buena y hermosa que era—la tía Caridad, Elainita mi prima, mi hermanito Kiki, el tío Elo...—Ella lo detuvo al darle la vuelta y lo miró.

Valentina-ya lo sé, y me encanta que eso te haga feliz porque es muy importante para mi que tú los aceptes en tu vida como tu familia—lo abrazó fuerte, necesitaba encontrar en los brazos de su hijo la fuerza para poder afrontar lo que estaba a punto de vivir. Rompió el abrazo y lo volvió a mirar directo a los ojos, esos ojos hermosos tan azules como los de ella que tanto amaba—no tienes de que preocuparte, es normal que me sientas así, recuerda que van a haber muchas personas aquí. Es por eso que te voy a a volver a decir que tienes permiso de marcharte de la fiesta en el momento que quieras si te llegas a sentir incómodo, recuerda también no hablar con extraños y cualquiera que se intente propasar contigo, Killian o Elainita, no dudes en buscarme a mi o a Yahir—Yahir era uno de sus seguridad de confianza y principal encargado de la seguridad de su hijo. Brandon asintió sonriente.

Adoraba ser el guardián de su pequeño hermano, y por supuesto también el de Elainita. Tenía un buen modelo en el que fijarse porque su madre no hacía otra cosa que protegerlo y no solo a ella sino también a su tío Eloy, su tío Santiago y a su madre. Era lo que había visto desde que tuvo uso de razón.

MUCHO MÁS QUE AMOR (Juliantina )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora