AMAZONA 3.0

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  Jurad que no, ojos míos, porque no habíais visto aún, antes de hoy, la belleza de verdad

    William Shakespeare:


Diciembre del 2020. La Habana Cuba:

Valentina-pues si no me dices el porqué, yo tampoco te dire el porqué mío—refunfuñó como una niña pequeña y Juliana quiso besarla y golpearla a la misma vez
Juliana-no estás en condición de exigirme nada, Loba. Aún sigo muy enojada contigo, así que suelta la sopa de una vez y dime porqué crees que el sobrenombre que mejor me quedaría es Amazona.

  Y era verdad. La morena apenas hacía una semana que había llegado y en cuanto lo hizo Lauren le hizo saber todo lo que había pasado en su ausencia, sobre todo el show que la rubia rebelde le había formado a plena madrugada. Pero Juliana era débil, Valentina la hacía débil y en cuanto esta junto a su amigo Brandon hicieron todo lo posible con tal de que la perdonara y le diera otra oportunidad, pues Juliana aceptó, con condiciones pero aceptó.

  También lo hizo porque con ayuda de Brandon entendió que si bien la rubia tenía un pasado un tanto mujeriego y aventurero, que aunque tenía a media escuela detrás suyo. En el tiempo que llevaba de conocerla, esta nunca le había faltado el respeto y siempre la había sido fiel sin ser tan siquiera pareja.

  Así que ahí estaban las dos abrazadas a la orilla del mar, de ese lugar que se había convertido desde la primera vez de ambas en su sitio seguro y preferido. Ese sitio donde solo eran ellas dos.

Valentina-ok, pero ya deja de estar enojada conmigo por favor—le suplicó escondida en su cuello. Aún no se creía que Juliana le hubiera dado otra oportunidad después de todo el desastre que había causado
Juliana-tu habla y ya después veremos—habló con dureza pero sonriendo ya que sabía que la rubia no la podía ver
Valentina-recuerda que tú también me debes una explicación al porqué me dices "Loba"—Juliana resopló haciéndole saber a Valentina que estaba perdiendo la paciencia, entonces ella tomó aire y comenzó—bueno... cuando te conocí, y no precisamente aquella noche en la que...
Juliana-Valentina...—la regañó y Valentina sonrió. Salió de su escondite y dirigió su mirada al mar. El mar siempre le daba serenidad, paz y calma, una tan poderosa que incluso era capaz de reorganizar todas sus ideas y pensamientos.

Valentina-el punto es que tu manera de dirigirte a nosotros me llamó la atención. Tus letras mayúsculas me daban la impresión que eras una chica fuerte que sentía la necesidad de escribir de esa manera para que todos pudieran saber la fortaleza que aún atraves de palabras trasmitías. Siempre defendiste tu punto e incluso jamás cediste en lo de activar tu cámara ni tu micrófono a pesar de saber que podías correr el riesgo de perder el curso. Entonces cuando te conocí y me comenzaste a contar un poco de ti y de donde venías no me quedó ninguna duda de tu valor y tu fortaleza, entonces te comencé a asociar con las guerreras Amzonicas—sonrió y volteó su rostro para mirar a una Juliana totalmente encantada con sus palabras. Le acarició las mejillas con sus pulgares, le robó un beso dulce y tierno y continuó— no sé si lo sabes, pero en la mitología griega, las Amazonas fueron una raza de mujeres guerreras que se destacaban por sus habilidades para cabalgar, así como por su coraje y orgullo. Es por eso que creo que ese apodo te viene como anillo al dedo porque no he conocido todavía una mujer tan valiente, orgullosa y corajuda como tú.

  Juliana se emocionó. Ella había tenido muy pocas personas en su vida que la halagaban, que le celebraran algo, así que era normal que las palabras de Valentina la emocionaran ya que toda la vida se había sentido muy poca cosa. Sus lágrimas se hicieron presentes y era la primera vez que la rubia la veía haciéndolo. Se sintió morir en ese momento, sintió deseos de llorar también, sintió el dolor por su diosa indígena y quiso arrebatárselo porque no soportaba verla sufrir. Por la joven morena ella sería capaz de matar y cazar un ejército entero de dragones. Por su Amazona ella sería capaz de todo, incluso de tomar su dolor y hacerlo suyo sin importar los pesares que ya la atormentaban y la quebraban a ella.

MUCHO MÁS QUE AMOR (Juliantina )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora