SON NOVIAS?

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La noche había pasado sin mayores contratiempos. Valentina no quiso insistirle a la morena con el tema de dormir juntas porque sabía que esa batalla la tenía perdida, por lo que como toda una niña obediente se echó al sofá.

Juliana por su parte cumplió su palabra de no dormir sobre aquel colchón profano por donde tantos cuerpos habían desfilado, así que durmió con la cubana ya que sus hijos decidieron dormir todos juntos después de su noche de películas y palomitas. Una noche que no se extendió mucho pues debían cumplir con sus deberes de estudiantes.

Durante el desayuno se pusieron de acuerdo en cuál sería el itinerario ya que tenían ciertas responsabilidades que las inmiscuía a todas incluso a Eloy, que era el encargado de llevar y traer a los niños del colegio.

  Juliana ya se había decidido a aceptar el hospedaje de Valentina por lo tanto la misión de ese día sería buscar trabajo para poder independizarse lo antes posible ya que no quería abusar de la amabilidad de la loba. Una loba que estuvo en sus pensamientos todo el día porque a pesar de que seguía un poco disgustada con ella, no pudo evitar sentir ternura cuando antes de despedirse de ella en la mañana le preguntó casi como una súplica que si le podía dar un besito, y ella, que no podía negarle muchas cosas pues le concedió el permiso.

  Se besaron tiernamente al principio pero rápidamente Valentina volvió el beso más intenso y ella la tuvo que alejar porque los labios de Valentina eran una tentación peligrosa teniendo cuenta la presencia de sus hijos y sus amigos.

  Para el medio día ya estaban ella y la cubana de regreso en el apartamento, exhaustas de tanto caminar por las calles de Miami sin resultado alguno. Era muy complicado conseguir un empleo digno sin tener papeles legales por lo que una vez más se acordó de la metedura de pata de Lauren ya que si no hubiera sido por ella todavía seguirían conservando su trabajo. También recordó que debía llamarla para que la fuera a ver antes de irse y disculparse tanto con la cubana como Valentina, Eloy y Camila.

Era una oportunidad de volverle a dejar claro sus sentimientos, los cuales eran muy diferentes a los que sentía por Valentina. Y si bien ella aún no estaba muy segura hacia donde iban la cosas con la loba, creía justo y necesario que Lauren supiera que si la quería en su vida, también tendría que aceptar a Valentina como su pareja pues era de la única manera que conservarían la amistad que tenían.

El ánimo les cambio considerablemente a las dos morenas en cuanto al entrar al apartamento se encontraron tres hombres sacando el viejo colchón del lugar. La verdad Juliana no pensaba que la loba le hiciera caso a esa estúpida pataleta. Ella creía que dejaría que durmiera con la cubana todo el tiempo que pasaran en el apartamento, pero estaba muy equivocada ya que lo primero que hizo Valentina al salir del lujoso penthouse fue contactar con su diseñadora de interiores para que remodelara la habitación principal incluido el viejo colchón por supuesto.

La sorpresa fue mucho mayor cuando de la habitación salió una rubia alta de ojos color avellana con una tableta en la mano dándole órdenes a otros dos hombres y dirigiéndose hacia ella preguntándole que otro cambio le quería hacer al apartamento. Eso la sorprendió y la mujer de aparentemente treinta o treinta cinco años de edad le comunicó que la señorita Carvajal le había dado la libertad de hacer en el apartamento cualquier cambio que desearan tanto ella, como su amiga y sus hijos.

Ya las morenas tenían conocimiento de sobra de todo el poderío económico que ostentaba Valentina Carvajal, pero esa sin duda era una prueba más, una nueva reafirmación del tipo de persona con la que estaban involucradas pues no cualquiera por mucho dinero que tuviera podía ser capaz de movilizar a medio miami para que ellas y sus hijos se sintieran cómodos.

El cuestionario duró poco ya que le dejó claro a la diseñadora de interiores que con haber sacado el colchón era suficiente. A Juliana no le gustó la sonrisa malvada que se le escapó a la amable diseñadora cuando mencionó su única petición. Por su mente llegó a pasar que esa estúpida rubia oxigenada era una de las que había desfilado por ese viejo colchón mugriento lleno de sexo, pero también se obligó a sacarse esos masoquistas pensamientos de la cabeza porque entonces nunca podría ser completamente feliz junto a la loba. Debía hacerle caso y aceptarla como era, con su pasado y todo ese puto harén que parecía seguirla a donde quiera. Debía confiar en ella y creer cuando le decía esas cosas bonitas de todo lo que los sentimientos hacia ella despertaban.

MUCHO MÁS QUE AMOR (Juliantina )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora