MUCHO MÁS QUE AMOR (Juliantina )

ELIGE 3.0

  El arte es para consolar a aquellos que están rotos por la vida

                           Vincent Van Gogh

14 de Febrero del 2021. La Habana Cuba:

Lauren—elige July. O ella y toda su inestabilidad, todos sus problemas, o yo, tu futuro y toda la seguridad que hasta ahora te he brindado—Juliana estaba con las lágrimas afuera mientras se debatía entre tomarle la mano a su amiga o a el amor de su vida. Lo era aunque ella aún no lo supiera
Valentina-¡Cállate hija de puta! ¡Cállate!—decía con una de sus manos extendidas totalmente descontrolada mientras varios policías la sostenían—toma mi mano Juls, prometo que cambiaré, por ti estoy dispuesta a todo mi morenita linda. Por favor... ¡Por favor Juliana tómame la mano y sálvame de toda esta mierda!—rugió desgarrándose la garganta con desesperación porque sabía que de Juliana dependía, que de su respuesta dependía su futuro, uno que podía ser más tormentoso de lo que había sido su vida hasta ese momento, o la solución definitiva a que dejara de sentir dolor. En las manos de Juliana estaba su salvación o su destrucción.

  Desgraciadamente Juliana no la eligió, no apostó por ella y aunque lo estuvo pensando, aunque dudó a último momento, la mano que moría porque fuera sostenida por su primer y único amor no sostuvieron las suyas sino la de la hija de puta de Lauren. Su corazón se quebró una vez más y con él todo su ser. Su alma entera. Su morena, esa de la cual se había enamorado la había dejado sola, había permitido que se la llevaran y aunque a los días después llegara a la conclusión que eso había sido lo mejor, no pudo evitar sentirse una desdichada, una buena para nada incapaz de retener al amor de su vida a su lado.

  Y la esperó. Los dos días que estuvo retenida junto a su amigo en la estación policial para extranjeros cerca del aeropuerto, ella guardó la esperanza de que al menos la morena la fuera a despedir, a jurarle que ese no sería el fin, que se volverían a ver, que seguirían en contacto. Pero eso no pasó. Ella y Brandon fueron deportados hacia los Estados Unidos y no supo nada más de ella.

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Actualidad:

Valentina-calma Juls. Mantente tranquila por favor. Ahora mismo salgo para allá
Juliana-sí... sí Val... te necesito. Ven rápido por favor—le suplicaba casi entre sollozos y Valentina se regañó internamente por ser ella la causante de esa angustia en su morena—¡Oh por Dios! ¡Killian! ¡A Killian y a Elaine los teníamos que haber ido a buscar hace más de diez minutos pe...—interrumpida
Valentina-en veinte minutos estoy ahí contigo, mi vida—la intentaba tranquilizar con voz dulce mientras salía a toda velocidad de su oficina sin tan siquiera prestarle atención a su asistente Sheyla que le quería comunicar alguna cosa, pero nada era más importante en ese momento para Valentina que su morenita asustada—y por los niños no te preocupes, ahora mismo llamo a Eloy para que los vaya a buscar.

Y así lo hizo. Dejó por unos segundos a Juliana en la línea para marcarle a su amigo que ya se encontraba de camino hacia la escuela de Brandon la cual estaba muy cerca de la de Elaine y Killian. El chico sabía que las cosas se complicarían en cuanto le notificaran a las chicas el aviso de desalojo, el cual había sido emitido desde pasada las once de la mañana.

Valentina-por los niños no te preocupes—dijo en cuanto se conectó con ella de nuevo—acabo de hablar con Eloy y él ya va en busca de los niños—Juliana suspiró encontrando un poco de tranquilidad en medio de su desesperación
Juliana-muchas gracias Val. No sabía a quien llamar y...

Valentina-no tienes que agradecerme nada mi cielo—dijo a la par que ponía el auto en marcha y partía a toda velocidad hacia el complejo de apartamentos que ella misma había mandado a desalojar. Sintiéndose en ese momento arrepentida y una gran hija de puta por haber sido la culpable del desasosiego de su amada. Pero ya no había nada más que hacer. El trabajo estaba hecho y no le quedaba más que seguir adelante con su plan—eres mi novia, recuerdas?—Juliana no dijo nada, y no porque no estuviera de acuerdo con ella, sino porque en ese momento uno de los encargados de desalojar el lugar entró a su apartamento sin permiso—lo recuerdas Juliana?—insistió al no recibir respuesta. Entró en pánico y le molestaba esa sensación, esa de a pesar de todo lo vivido, de todo lo expresado el día anterior por parte de ella y Juliana, seguía sintiendo que la morena no le pertenecía, que no eran nada y que no tenía el control absoluto de las cosas, de todas las cosas como a ella le gustaba. Porque si algo le gustaba a Valentina era tener el control de todo—dime que recuerdas lo que somos, Juls. Por favor preciosa.