MUCHO MÁS QUE AMOR (Juliantina )

LO BELLO DEL DOLOR

  Juliana suspiró varias veces antes de bajarse del auto que las había llevado a ella y Caridad a la cita pautada con Juampa Zurita y su equipo de trabajo. Durante el camino ni ella ni Caridad quisieron hablar. Ambas estaban seguras que de hacerlo volverían a discutir y ninguna quería eso. Pero si embargo Juliana podía sentir el reproche en la punta de la lengua de la Cubana.

  Y no era para menos, pues no solo le había mentido a Valentina la noche anterior sino esa misma mañana mientras tenían esa ya habitual  llamada en lo que los niños se preparaban para la escuela. Cuando la Loba le preguntó porque le había dado el día libre al chofer que ella le había puesto a su disposición. Juliana mintió diciéndole que no iría muy lejos y que no le gustaba abusar. Valentina no quiso discutir con ella a plena mañana porque las cosas estaban muy bien como para estropearlo, pero sabía que algo le estaba ocultando y se lo preguntaría directamente en cuanto la viera.

  Cada paso que daba hacía la prestigiosa agencia de modelaje se sentía más culpable pero era más el miedo de no poder salir adelante por su hijo que cualquier problema que eso le trajera con Valentina.

  Cuando estuvo a punto de arrepentirse, la voz de Juampa y su figura en la puerta principal del majestuoso edifico la hicieron retractarse. Ahí estaba él con una radiante sonrisa y su apesto tan pulcro como su cara indicándole el camino hacia su nuevo trabajo. Uno incierto, un nuevo mundo que no conocía pero estaba a punto de hacerlo.

  No podía negar que su nuevo jefe las había hecho sentir cómodas a ambas y muy bien atendidas. Por como las miraban sus empleados pudo deducir que ese trato no lo solía tener con todos sus modelos, pero al menos se tomaba en serio su trabajo y eso era de admirar. No por nada había llegado a donde estaba.

  Cuando las pruebas de vestuarios, maquillaje y otros componentes que forman parte de una audición inicial y creación de un álbum comenzaron, otra vez sintió deseos de salir corriendo, pero una vez más se dio valor y pensó en el futuro de su hijo. Recordándose a cada segundo que eso lo estaba haciendo por él.

  Nunca antes había tenido tantos ojos puesto sobre ella, ni siquiera cuando bailaba y era porque sabía que esas fotos pronto la verían en todo el mundo debido al prestigio de esa agencia de modelaje. Ella no estaba acostumbrada a tanta atención y aunque se había medio acostumbrado a bailar en el club. Una cosa era bailar con la cara cubierta y otra mostrar su rostro.

  No podía negar que le gustaba ser halagada ya que en su vida lo había sido muy pocas veces y la sensación le agradaba. Ya lo había experimentado en el club cuando todos rogaban por su presencia o un baile privado. Esa faceta de su personalidad era nueva y no sabía lo mucho que la disfrutaba. Juliana estaba descubriendo el arte de amarse así misma. Estaba experimentado el amor propio del que tanto le hablaban sus psicólogos y del que ella carecía. Aún así se juró que ese trabajo no sería para siempre porque en cuanto obtuviera sus papeles lo dejaría.

  Según pasaban las horas se iba sintiendo más cómoda y como pez en el agua. Ayudaba también que Caridad parecía estarlo disfrutando también y, que tanto Juampa como su equipo de trabajo también adoraron a la cubana ya que aunque esta poseía unas curvas sumamente marcadas, lo cual no era muy común en el modelaje profesional, a los expertos le dio igual y también le ofrecieron trabajo.

  Les ofrecieron un jugoso contrato a cada una de seis meses, donde venía incluido transportación, dietas, ropa, maquillaje, clases de modelaje y un par de cosas más que eran necesarias para comenzar. En el contrato quedaba claro que sus ingresos aumentarían según la cantidad de patrocinios que consiguieran para la agencia y el prestigio de cada marca. Les dejaron saber que empezarían con proyectos pequeños para pequeñas agencias las cuales serían el trampolín que las diera a conocer.