DIME DONDE TE DUELE

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4 de Julio del 2022. Miami Fl:

Brandon-para que quieres complicarte más la vida? No te parece suficiente con la mierda tuya como para llenar de mierda a otro ser humano que ni siquiera ha pedido nacer?—decía con despreocupación mientras le daba otra calada al cigarro de marihuana que estaba compartiendo con Valentina en la parte trasera de su casa ya que la mamá de Brandon por aquel tiempo le tenía prohibida la entrada a Valentina a su casa.

Ambos estaban recostados en el capó del Mazda speed 3 blanco de Valentina, que negaba con la cabeza mientras sonreía como una tonta, tanto por el efecto de la marihuana, como por estar ahí con su mejor amigo mirando el cielo estrellado mientras se perdían en las profundidades de sus pensamientos. Ambos eran un libro abierto, solo en soledad se permitían pensar en voz alta. Eran la conciencia del otro
Valentina-cuantas veces hemos tenido esta conversación?—dijo y le arrebató el cigarrillo.

Brandon-muchas. Muchísimas en realidad—ambos carcajearon de nada y de todo a la vez. Y sí, Brandon tenía razón, hablaban mucho de ese tema, de ese absurdo e incomprensible deseo de Valentina de convertirse en madre—pero de lo que nunca hemos hablado es del motivo por el cual quieres traer a un niño a este jodido mundo—fue el turno de él para arrebatarle el cigarro. Valentina suspiró profundamente y se acomodó mejor sobre el capó llevando sus brazos detrás de su cabeza. Era cierto que nunca le había dicho a Brandon, que era con el único que se había atrevido a hablar de eso, las razones por las que se quería convertir en madre.

Ella por supuesto sabía la razón, pero por algún motivo nunca se había atrevido a sacarlo, ni siquiera se lo había dicho a ella misma en voz alta. Pero la noche estaba tranquila, se sentía relajada después de mucho tiempo porque aunque las cosas seguían jodidas, llevaba más de una semana sin consumir cocaína, crack, o cualquier mierda de esas que la descontrolaban por completo. Lo estaba intentando porque precisamente por el deseo de ser madre era que se estaba probando a dejar ese vicio de manera definitiva.

Valentina-a ver, yo quiero... quisiera... quisiera tener... tener...—Brandon se dio cuenta de lo mucho que le estaba costando confesarle algo que hasta ese momento nunca había sido capaz, así que se puso de lado y le tomó una de sus manos para acercarla a ella y esta lo imitó
Brandon-hey, soy yo. Soy yo Valen, Brandito, tu mejor amigo. Somos uno recuerdas? No te voy a juzgar, no nací para eso, nací para escucharte, para apoyarte por encima de todo, para amarte, para compartir mis heridas contigo y para sostener y curar cualquier herida tuya—Valentina le sonrió tiernamente y le acarició la mejilla sin importarle siquiera que sus ojos se estuvieran humedeciendo. Brandon era una de sus debilidades, uno de sus más grandes amores. A pesar de toda la mierda que era su vida, ella le agradecía, le agradecía tenerlo a él en ella. Brandon era lo mejor de su vida y se sentía orgullosa de haberlo encontrado y elegido ella para compartir sus heridas, su lágrimas, sus traumas, demonios y las contadas alegrías que habían tenido a sus cortas edades.

Valentina-no digo que vaya a ser ahora, quisiera pero no puede ser ahora... ya sabes, no tengo... no tengo a nadie con quien hacerlo—Brandon la miró con diversión haciéndole saber lo poco que creía eso de que ella no tenía a nadie cuando en realidad ella podría tener y había tenido a todas las personas que se le había dado la gana. Valentina sonrió nerviosa y pícaramente entendiendo la actitud de su amigo. Antes de continuar le golpeó la cabeza—sabes a lo que me refiero, además, con los pocos hombres con los que accedo a tener sexo me cuido y que yo sepa, hasta ahora no ha nacido ninguna mujer que pueda preñar a otra—los dos carcajearon por un buen rato
Brandon-yo no estaría muy seguro de lo último—le hizo señas extrañas con sus manos haciendo alusión a lo largo de sus dedos y volvieron a romper en carcajadas—anda, no le des ma vuelta y suéltalo de una vez—dijo en cuanto se calmaron. Le dieron una última calada al cigarrillo de marihuana y se volvieron a poner boca arriba mirando el cielo lleno de estrellas que los alumbraba esa hermosa noche del 4 de Julio. En apenas unas dos horas comenzaría el show de los fuegos artificiales.

MUCHO MÁS QUE AMOR (Juliantina )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora