PERDIENDO SE GANA

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Media hora después de haber terminado de besarse y mimarse un rato más, las juliantinas decidieron que era momento de salir del club. Antes de hacerlo por supuesto se prometieron confesarse lo que aún no había sido confesado. Ambas habían llegado al acuerdo de hacerlo cuando se sintieran listas, porque Valentina tenía mierda, demonios y traumas atrás, pero Juliana también, Juliana tenía muchos más de los que cualquiera se imaginara.

  No les dio tiempo a hablar sobre qué rumbo tomaría su relación después de lo que había ocurrido, y aunque seguía existiendo inseguridad y miedo en ese sentido, ninguna de las dos quería estropear el momento con sus inseguridades así que silenciosamente hicieron un pacto de que lo harían lo antes posible.

  Entre besos y caricias Valentina había llevado en brazos a Juliana hacia su despacho donde ella misma la limpió y cuando se aseguró de eso, fue que se limpió ella. Juliana amó todo eso y hasta quiso gritarle lo enamorada que estaba, que siempre había estado y lo mucho que la amaba, pero se contuvo, ya tendría tiempo, ya cuando ambas se sintieran preparadas para confesarse lo que evidentemente sentían entonces lo haría.

  La castaña moría por llevarla a su casa y seguir haciéndole el amor. Aquel encuentro aunque maravilloso, no la había saciado del todo porque si una noche no le sería nunca suficiente, mucho menos lo sería un orgasmo. Quería proponerle todo, la quería en su casa, en su cama, en su cocina, en su baño, la quería ver llenando todos los espacios de su casa y, porqué no? También la quería sobre cada una de las superficies planas de su mansión. A Killian también lo quería con ella, pero sabía que aún no era el momento, así que intentó quitar todos esos deseos de su cabeza y limitarse a brindarse llevarla hasta su apartamento ya que de todas maneras en unas horas la vería pues sus hijos tenían una cita la tarde de ese día que apenas estaba comenzando.

  Iban las dos muy sonrientes tomadas de la mano caminando hacia la salida del club mientras también se dedicaban miraditas cómplices llenas de esperanzas y energías positivas cuando escucharon el alboroto que había afuera.

  En cuanto Valentina abrió la puerta todos aquellos malos recuerdos que esa noche intentó evitar, se estamparon frente a su cara de una manera igual de dolorosa. Ver a su amigo siendo brutalmente tratado, no pudo hacer otra cosa que romper la unión de su mano con la de Juliana e ir a auxiliarlo. Sabía que estaba a punto de cagarla una vez más con Juliana al comportarse de la manera que estaba segura se comportaría si esos hombres seguían tratando a su pequeño amigo de esa manera. Pero fueron más fuertes su impulsos y su naturaleza salvaje y sobre protectora con para los suyos que no se paró a pensar en las consecuencias.

Juliana-¡Valentina no!.

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Minutos antes:

Lauren-mi nombre es Lauren Jáuregui, detective del departamento de estupefacientes de la ciudad de New York. Mi número de placa es el 6482–hablaba por teléfono sin despegar la mirada de los agentes de seguridad del club y de Eloy, el cual la miraba de manera amenazante como si supiera lo mal que esta siempre le había caído a su hermano y viceversa—así es... necesito apoyo. Me encuentro en Miami beach a la altura de la I-95 y la Ocean Driver en un club llamado Bobby Trap. La dueña tiene secuestrada a mi ami...—Eloy no lo soporto más y le arrebató el teléfono de la mano el cual estrelló contra el suelo violentamente. Seguía bajo los efectos del alcohol y no estaba pensando con claridad—¡Qué hiciste idiota?!—se le fue encima pero no solo los agentes de seguridad se interpusieron en su camino hacia él, sino Camila, que empujó a Eloy haciendo que retrocediera pues este no se había alejado ante el avance de Lauren.

Camila-¡Ey Eloy a ti que te pasa?! ¡Acaso no ves que es una mujer?!
Eloy-¡Que se joda! ¡Ella nos quiere joder! ¡Pero antes la jodo yo a...—Camila le dio una bofetada que hizo que todos los presentes se detuvieran y los miraran a ellos
Camila-¡Que es una mujer te dije carajo!
Lauren-¡Yo no necesito que nadie me defienda, y mucho menos con ese básico y absurdo argumento!—Camila se dio la vuelta furiosa y la encaró.

MUCHO MÁS QUE AMOR (Juliantina )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora