Capítulo 5

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Aemond estaba acostado y mis ojos no podían quitarse de su entre pierna.

El tenía los ojos cerrados por lo cual me permití verle a libertad. 

¿Qué se sentiría? ¿Sera que duele? O este cuerpo esta ya acostumbrado a el que no le molestaría el sexo.

jamás había estado con una chica ni chico, mi adolescencia había llegado en plena guerra por la corona, yo no tuve la oportunidad de disfrutarla como Jacaerys o Aegon incluso no como el mismo Aemond de mi otra vida.

Yo era un joven que de esos placeres carnales  muy poco sabía en práctica, incluso el darme placer a mi mismo había sido algo que jamás logré en su totalidad, no sabía en que pensar y terminaba no sintiéndose muy bien después, y ahora Aemond había puesto la duda en mi cabeza.

Observe bajo el camisón blanco aquella parte de el, me daba curiosidad saber como podía disfrutar tanto solo con imaginarme que me sujetaba con sus fuertes manos y me embestía mientras jadeaba.

Sentí mi propia erección y un calor bastante molesto me invadió.

-Lucerys. - Me asuste al escucharlo y mis ojos volvieron a su cara.

-¿Qué?. - Dije nervioso.

-¿Qué se supone que deseas conseguir mirándome así?. - Yo quería que me enseñará que se sentía, pero no quería que el me tuviera aún.

Era más que obvio que el cuerpo de este Lucerys había tenido a Aemond antes y yo quería probarlo sin llegar a eso.

No contesté nada le Sonreí acercándome a besar sus labios, era la primera vez que quien lo besaba era yo, el me siguió el beso.

Se colocó sobre mi y bajaba su cabeza a besarme, sentía el Colchón bajo mi cuerpo, sujete las manos de Aemond por lo que el no las movía, bajo a besarme el cuello y en medio de eso yo moví su mano lentamente y la lleve por debajo de mi camisón, Aemond pareció entender por que lo subió mientras me besaba y puso su mano en mi pierna. - mm.. - Dije en medio de su beso, quería que me tocará más arriba, sus besos se sentían tan bien, se sentía tan bien su calor, pero el se quedo dando circulos en mi pierna con la yema de sus dedos. - Aemond. - Susurre.

-Dime.

-Puedes. - Dije y el sonrío más.

-¿Puedo que?. - Maldito bastardo.

-Subir tu mano. - El la subió colocando su mano sobre mi entrepierna sin embargo solo sentí el calor de su palma pero no se movió. - No me tortures así.-Susurre.

-Hablo el torturador. - Su mano se cerró al rededor de mi entrepierna, puso su nariz contra la mía.-¿Y ahora que?.

-Aemond. - Me removí causando algo de fricción de su mano a mi cuerpo. - ya por favor.

-Bueno Bueno. - Me volvió a besar y despues de un rato subió y bajo en mi entrepierna y luego el movimiento se repitió, una corriente de placer me invadió.

-Aa.. - Dije escapándome de su beso antes de que me volviera a besar y me mordiera el labio. - Mhg.. Aemo... no-Suspiré cuando el aceleró.

-Luke, suéltame. - Quiso quitarme su otra mano que sujetaba con fuerza, no quería nada más, lo estaba disfrutando así.

Lo solté, Aemond paso su mano por mi espalda sin detener los besos lo los movimientos con su otra mano y me sentó sobre sus piernas y empezó a subir y bajar más rápido, hundiendo su mano.

-Ah.. Ah ahah. - Mi cuerpo subía y bajaba inconscientemente también, sentí las piernas acalambradas y un calor se extendió por completo en mi cuerpo. - Ahh.. - Sentí líquido caliente salir de mi y me pegue al hombro de Aemond, su otra mano dejo mi entrepierna y fue a mi espalda a sujetarme y me abrazó, me sentía cansado su piel pálida del cuello me llamó tanto la atención que la atrape con mis labios.

El final de la guerra.- En edicion.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora