Cuando me desperte Aemond me estaba mirando. - Por que me miras tanto, ¿A caso te gusto?. - Me burle.
-Me facina mi príncipe. - Susurró. - ¿Cómo estás?. - Me había encantado todo.
-Muy bien como siempre. - Le Sonreí.-Tienes que trabajar hoy. - Lo sujete. -Puedo ir contigo.
-Claro que puedes. - Me beso los labios lentamente.
Me levanté a hacer el desayuno y luego me duche y una ves listos salimos de la casa. - Aemond, has pensado en comprar un caballo. - Sugerí.
-¿Te gustaría?, te lo pregunté hace un tiempo y dijiste que no necesitabas uno si teniamos a Vhagar. - Señaló.
-No estaría mal tener uno para pasear y usarlo aquí en tu trabajo. - Le abracé, caminar era bonito si no se trataba de correr.
Unas horas despues de ayudarlo bajamos al pueblo donde me tope con mi vendedora de telas. - Necesitas algo, traje nuevas telas. - Me dijo sonreida.
-No hagas gastos innecesarios. - Dijo besándome la mejilla Aemond mientras la miraba con mala cara, a el en serio ella le desagrada.
-No gracias. - Conteste haciendo caso al no hacer gastos innecesarios. - Aemond quiero pintura. - Le dije corriendo a su lado. - Se me terminó.
-Mmm.. Si, busquemos tu pintura.
Caminamos y escogí los colores más bonitos, a la distancia mis ojos lograron ver al chico al que había hablado desesperado el día anterior, tenía ropa provocativa y estaba junto a más personas tanto mujeres como hombres que se dedicaban a venderse a ellos mismo, entonces supuse que el hacía lo mismo.
Aemond estaba viendo unas erramientas en un puesto alado del de las pinturas.
-Lucerys has sabido algo de Jacaerys. - Me dijo depronto una chica a mis espaldas.
-Algo de mi hermano. - Pensé y negué.
-No, no he sabido nada de Jacaerys. - Le fui honesto y es que desde que termine en este cuerpo, en ésta realidad no sabía nada de mi familia.
-Vi a Aegon por el sur. - Me contó. - Dicen que se casara con una joven de Dragonstone.
-Vaya. - Le Sonreí. - Bien por el.
-Pero no he visto a Jacaerys en mucho tiempo. - Se quejo triste.
-Ni yo. - Susurre.
No había visto a nadie de mi familia en realidad. - Lo estas mirando un buen rato.-La mire sin entender.+a Eryn. - Aclaró.
-Tu imaginación. - Le sonrei pagando la pintura.
-Pense que se había vuelto a insinuar a Aemond como la otra ves.-¿Insinuar a Aemond?, le presté atención.
-No que yo sepa. - Dije despreocupado.
-Me alegro, además Aemond si te ama. - Le Sonreí.
Me despedí luego de hablar un rato más y cuando regresamos a casa vi a Aemond y luego recorde al chico Eryn, era un chico que podía ser comodamente su tipo, no me importaría tanto si yo no me hubiera encariñado con Aemond.
-Eryn se te a vuelto a insinuar. - Le dije depronto y Aemond me miró interrogante.
-Quien te dijo mentiras. - Negué con mí cabeza.
-No, nadie me lo dijo Aemond solo que hoy lo vi y ya.
-Sabes que te amo, yo no te engañaria ni con el ni con nadie más Luke.
-Gracias. - Suspiré - Solo vino a mi mente la idea,yo también te amo.
Aemond me abrazo la espalda besándome la mejilla.
Seguía sin saber que había pasado conmigo luego de que Vhagar me mató, recordaba el frío, la voz del Aemond malvado pidiendo mi ojo, pero ese Aemond y este Aemond eran muy diferentes, me asustaba un día despertar y estar herido por mordida y que todo esto lo haya vivido de manera falsa, me asustaba perder lo qur tenía.
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El final de la guerra.- En edicion.
FanficLa guerra había comenzado y todo era cuestión de tiempo para definir quien estaría al mando, sin embargo que caprichoso es el destino y cuan complicados son sus caprichos. El dragón de Aemond estaba tan cerca de mi que todo el cuerpo se me heló, lo...