Aemond había estado arreglado el lugar, cada vez se veía mejor.
El cuerpo me quemaba por alguna razón que no comprendía, Vhagar y mi dragón jugaban o más bien Vhagar vigilaba al inquieto de mi dragón.
-Aemond. - Hablé cuando la sensación a quemadura se había expandido por mi interior.
-Dime. - Se me acercó. - Estas pálido y helado que te sucede.
-¿Helado?. - Repetí. - Siento que me sumergi en un horno.
Aemond me levanto en brazos metiéndome a la casa. - Te duele algo.
-Me duele todo. - Intentaba no gritar pero el ardor pronto me hizo gritar y caer desmayado. - Me quema. - Fue lo último que dije.
-Hola. - Dijo una voz y al abrir los ojos me encontré con mi otro yo.
-Hola, que hacemos aquí de nuevo. - Me quejé. - ¿Cómo ne traes aquí?. - Lo acuse.
-Yo no hice nada. - Lo mire enojado.
-Mientes, me conozco a mi mismo. - Lo Señalé.
-Hice un hechizo, pensé que alternando tu vida y la mía , intercambiandonos, podría curarme. - Lo mire mal.-Me estoy muriendo Luke, pero en este momento no hice nada, no se que paso.
La luz blanca aparecío y cuando abrí los ojos estaba en mi habitación en DragónStone. - No me jodas. - Susurre.
Tenía las manos heladas y amortiguadas y a mi lado estaba Aemond, si mi otro yo se moría, ¿Podría ser que para evitar que el muriera aquella magia rara nos intercambiara?.
Sentí que me moría antes de venir, que tan probable ed que el estuviera muriendo aquí.
-Mi amor. - Lo acaricie.
-Mm.. Estas frío cariño. - Me miro. - Ven te abrazo.
Fue inevitable no aceptar sus brazos.
Quería ver a Kai pero me sentía cansado, espero que mi otro yo no la cague y disminuya mi avance.
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El final de la guerra.- En edicion.
FanfictionLa guerra había comenzado y todo era cuestión de tiempo para definir quien estaría al mando, sin embargo que caprichoso es el destino y cuan complicados son sus caprichos. El dragón de Aemond estaba tan cerca de mi que todo el cuerpo se me heló, lo...
