𝟏. 𝐋𝐚 𝐦𝐢𝐬𝐢ó𝐧.
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Kurapika se estaba hartando, Killua y el salieron a la ciudad más cercana para conseguir información acerca de las "baratijas sin valor" que quería el Ryodan, el no era estúpido y sabía que algo más tramaban. Estaba seguro que de no tener fieles ciervos que pudieran meterse a la boca del lobo ellos lo harían con tal de conseguir esos objetos. Y la mejor forma de conseguir un poco de información era en las iglesias, sobre todo en esta pues hace ya varios días había escuchado que varios obispos estaban rondando esta iglesia en particular.
Cosa que ya de por sí es rara. Aunque esta iglesia era una de las más importantes –no solo para los pueblos cercanos si no de la ciudad en general por ser también un santuario y museo de la religión–, era rarísimo que sacerdotes de un rango mayor rondarán el lugar junto con la seguridad que también habían puesto. Esto aunque retrasaba un poco sus planes principales, algo le decía que tenía que investigar un poco más y Killua acepto incluso le dijo que lo acompañaría.
Pero ya se empezaba a hartar porque el albino había recurrido a su forma de macho alfa mujeriego que sabía a los omegas les encantaba, todo para poder conseguir esa estúpida información de esa iglesia.
Debió haberle dicho a Leorio que fueran ambos alfas y solitos se hicieran bolas por no saber que buscar. Le dió una última mirada a Killua quien le sonreía con coquetería a la bonita omega que le sonreía tímida y muy sonrojada.
Dios mío, Killua solo estaba siendo guapo ni siquiera debía estar diciendo cosas con sentido. ¿Cómo era que se dejaban engatuzar por alguien así? ¿Por el rostro nadamás?
—Gracias linda— escuchó la voz de su jefe haciendo que lo mirara—. No me busques yo te busco.
Kurapika no se quiso reír pero en serio le divertía tanto que Killua parecía tener tanto conocimiento en el arte de la seducción cuando el alfa en su vida había tocado a otra persona en ese sentido, peor aún Kurapika jamás había visto que el albino sintiera genuina atracción por otra persona sin importar la casta. Claro que como toda persona había visto que Killua si tenía más interés por lo omegas sobre todo por aquellos que tenían un carácter fuerte, pero, jamás lo vio salir con uno aunque tuviera la oportunidad.
También sabía y porque el mismo albino le dijo, le gustaba coquetear con los omegas porque le divertían sus reacciones. Y prefería a los hombres de las mujeres.
Killua era todo un caso, por eso esperaba el día en que su destinado apareciera o cuando un omega llegará y en verdad le gustará porque el sería el primero en burlarse de su jefe y amigo. Más amigo que jefe.
—Lo tengo— el alfa se acercó al rubio con una sonrisa triunfante—. Me dijeron que la iglesia tiene un libro de reliquias esparcidas por todo el mundo y que no está al ojo público.
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𝙻𝚊 𝙽𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝚂𝚘𝚕. 𝙺𝚒𝚕𝚕𝚞𝚐𝚘𝚗
Fanfiction◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇ El mundo siempre fue un misterio para él, uno que sabía jamás lograría conocer; al menos no como en realidad deseaba. La idea de pasar sus años sin conocer de sí mismo, ni de aprender que había más allá de Yamatai lo dejaban e...