𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈𝐈

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𝟖

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𝟖. 𝐋𝐚 𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞 𝐜𝐚𝐫𝐦𝐞𝐬í.

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El centro del pueblo estaba repleto de gente que bailaba con una canción en particular; Killua le explico que era un baile ritual: las mujeres llevaban un vestido rojo que se arrastraba por el suelo a su lado habían niños con el mismo atuendo carmín que copiaban los pasos con exactitud para que luego un alfa entrará al baile con una bandeja llena de joyas sobre su cabeza.

Mismas qué se cambiaban por frutas y eran llevadas a la estatuda de Loreley.

"following a song,

legend's faded storyline

try to warn us all

oh, they called her 'Loreley'

careful or you'll fall."

Los panfletos que les regalaron contenían todas las actividades del día desde la mañana hasta la noche, en el también estaban los rezos qué se le hacían a Loreley junto con la letra de la canción, la primera vez que la escucho creyó que era una hermosa canción llena de vida tal como era el pueblo y como a aquella protectora qué en la melodia se describe.

"Siguiendo una canción, la historia desteñida de la leyenda. Intentó advertirnos a todos, la llamaban Loreley. Cuidado o te caerás".

Miro la estatua a lo lejos, había sido esculpida para que su rostro mirara hacia abajo como si los observara, por años fue criado con la idea de que cada escultura, cada imagen de Hanako lo veía. Cada una de esas reliquias era una conducto para poder hablar con ella, las sacerdotizas siempre le dijeron que ella los escucharía.

Y aunque odiaba lo controlado que estaba todo en Slunce, jamás podrían dudar de su fe. Respetaba mucho la religión y sus creyentes porque siempre había cierta verdad en lo que predicaban. La bendición solo es una prueba innata de ello.

Hoy comenzaría una lucha, por lo que cerrando sus ojos le pidió a Loreley "si esto es una prueba no seas tan dura con nosotros". Apretó con fuerza el colgije en su pecho: un zorro que representaba a Hanako. Rogó por ellos. Quería que todo saliera bien para poder proteger el futuro de Ori.

Unos minutos después se encontraba comiendo manzanas acarameladas con Killua y Ori, el niño estaba estusiasmado con el día. Veía todo con una emoción infantil que le hacía sentir que todo lo que estaban viviendo, que todo lo que vivieron valió la pena.

𝙻𝚊 𝙽𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝚂𝚘𝚕. 𝙺𝚒𝚕𝚕𝚞𝚐𝚘𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora