La primera vez que vio a un Guardián fue cuando tenía seis años. Su tía Mito lo había llevado por primera vez al mercado orquídea, la mayoría de las veces que iban para allá era para comprar algunos materiales que faltaban para la producción de abanicos y relojes que su familia exportaba.
Por lo que aprovechando que nuevas cosas se estarían vendiendo decidieron ir y conseguir las cosas que necesitaban para su negocio mientras que su padre iba a pagar algo que no entendía muy bien que era. Curioso miraba con atención los juguetes que tenían en exhibición en una de las mesas, en su hogar no tenía muchos juguetes, pues eran caros y no podían darse el gusto de perder tanto dinero o piezas en el algo que no tenía valor alguno así que apartando su mirada de los brillantes juguetes de madera y piezas de cobre decidió mejor observar los puestos que vendían cerámica.
No fue hasta que su vista paso a una pintura, sabía que ese hermoso dibujo era hecho con minerales especiales para que brillara de esa forma tan preciosa. Ellos no podían ocupar ese tipo de material por lo general su tía utilizaba plantas para generar colores sin embargo sabía de aquellos artistas que utilizaban minerales preciosos que para aquellos como él eran imposibles de conseguir. La pintura resaltaba a una mujer de cabellos negros y piel pálida que parecía renacer del fuego sobre ella había un precioso fénix pintado de color rojo y en el fondo había un brillante sol; se maravillo tanto que se movió del puesto donde estaban y camino a aquel precioso dibujo.
—¿Es lindo cierto?— la voz risueña de una niña a su lado le hizo voltear para mirarla. Era más grande que él, cabello rojo y ojos verdes.
—Lo es— asintió—. ¿Quién es? ¿Alguna Diosa? Aunque no hay diosas de fuego.
—Es la reina Himiko— dijo emocionada—. La reina de Yamatai— los ojos de la infante se iluminaron como si estuviera hablando de la misma Madre Mêsíc— ¡Cuando cumpla 12 años estaré con ella!
—¿Por qué?— preguntó el niño curioso. La niña con picardía en su mirada subió la manga de su kimono mostrando una venda que se removió.
Con un suspiro entrecortado el moreno se tapo su boca:—¡Es una luna!
—Shh— la niña tapo su boca viendo hacia los lados, aunque nadie les estaba poniendo atención—. Tengo la marca.
—Mi tía me habló de la marca— susurró el moreno—. ¿Pero por qué tienes que ir al palacio?
—Los omegas tienen que ir con la reina a Yamatai, para convertirse en sus príncipes y princesas— la niña explico con una sonrisa—. ¿No suena increíble?
—Supongo que si— respondió sin entender del todo la emoción.
—¡Gon!— escuchó el grito de su tía, quien se acercaba a él con una mirada aterrada—.¡No vuelvas a hacer eso! ¡Me espantaste tanto!
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𝙻𝚊 𝙽𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝚂𝚘𝚕. 𝙺𝚒𝚕𝚕𝚞𝚐𝚘𝚗
Fiksi Penggemar◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇ El mundo siempre fue un misterio para él, uno que sabía jamás lograría conocer; al menos no como en realidad deseaba. La idea de pasar sus años sin conocer de sí mismo, ni de aprender que había más allá de Yamatai lo dejaban e...