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El mundo siempre fue un misterio para él, uno que sabía jamás lograría conocer; al menos no como en realidad deseaba. La idea de pasar sus años sin conocer de sí mismo, ni de aprender que había más allá de Yamatai lo dejaban e...
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Volúmen 0: Misión de los Dioses.
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Se dice que los Dioses son nuestros padres y amigos, los únicos que podrían salvarnos de los pecados que hemos cometido, los únicos que podrían juzgarnos y decidir cuál sería nuestra próxima misión ya sea buena o mala.
Se dice que los Dioses son crueles, que nos odian y que solo somos bufones para ellos, que solo nos crearon para que puedan divertirse en las reuniones vespertinas con un buen licor. Que somos un instrumento que fue inventado solo y para su retorcido entretenimiento.
Se dice que no existen, que son solo seres que el humano en su desesperación por perdonarse imaginó para no sucumbir al miedo que daban por consecuencia sus acciones o por el contrario para imaginar que tal vez en algún lugar del cielo, ellos los estarían esperando para felicitar por sus buenas acciones. O para tal vez perdonarlos por sus malas decisiones.
Otros dicen que los Dioses nos aman, que fuimos una creación hermosa y semejante a ellos, pero, ese mismo amor terminaría por corromper a sus queridos hijos. Somos la mejor de sus creaciones, porque tenemos todo lo que hace ser un humano un humano; desde la emoción más hermosa hasta la más retorcida. Y que aunque ellos nos crearon para gobernar una tierra con lo justo y lo moral no pudieron detener nada de lo que pasó después mucho menos del castigo que terminamos por merecer.
Pero, ¿En verdad los Dioses nos aman?
¿Nos odian tanto?
¿O somos tan miserables que ni siquiera merecemos un poco de su misericordia?
¿Quiénes fueron esos Dioses que pensaron en crearnos y por qué?
Las dudas surcan mi mente como enredaderas en una pared, aferrándose con gracia y terquedad, pero, que poco a poco cederían oscureciendose por completo, marchitandose. Muriendo. Igual que las dudas, siempre habría una explicación buena, mala o decepcionante no importaba; al final la respuesta estaría ahí.
¿Entonces por qué yo?
¿Por qué ella quiso cambiar todo un sistema que por siglos se vivió en la tierra? ¿Por qué quiso llevarnos a una evolución mayor?
¿Por entretenimiento?
¿Por castigo?
¿Por amor?
¿Por resentimiento?
Los Dioses son astutos, entregan almas como la suya para cumplir una misión que jamás indican. Sabes que la tienes, hay algo dentro de ti que te dice a gritos que tienes un propósito, pero, cuando preguntas "¿Cuál es?" No hay respuesta alguna.
¿Por qué estoy aquí?
¿Qué es lo quieren los Dioses de mi?
¿Qué es lo que quiere la Madre Mêsíc de mí?
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