𝑃𝑎𝑟𝑎 𝑡𝑖, 𝑚𝑎𝑑𝑟𝑒.

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Una vez susurraste a mi odio que el amor nos hacía débiles, fue una noche de luna llena, con fuertes vientos y lluvia

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Una vez susurraste a mi odio que el amor nos hacía débiles, fue una noche de luna llena, con fuertes vientos y lluvia.

A lo lejos pude escucharte, pude escuchar tu llanto.

El amor nos hace débiles y jamás lo entendí, hasta que observé. Cuando mi mente preguntaba sobre el amor siempre pensaba en parejas, compañeros que hacían un pacto ante ti y terminaban juntos por el resto de sus vidas hasta que uno de ellos moría.

Pero luego ví a esos dos hermanos que se amaban tanto que uno de ellos murió por el otro, no hubieron besos, o promesas románticas solo eran dos hermanos que juraron protegerse entre ellos si sus padres no lo hacían.

Y luego estaba ese padre que dejo partir a su hijo a una aventura de la cual estaba aterrado que no llegara, pero aún así lo dejo ir, pude ver y sentir en sus ojos el amor con el que adoraba a su hijo.

Pude verlo en sus ojos. Y pude sentirlo en el aire.

Esa madre que perdió a su hija pequeña y su dolor no podía compararse con algo físico porque la mayor parte del mismo era amor.

Esa mujer que vio partir de a su marido y que este jamás llegará, el dolor la hizo caer en cama hasta que falleció.

El amor los volvía débiles.

Pero te equivocas madre, también los volvía fuertes. Vio a mucha gente luchar por el amor que tenían a alguien o por el amor a la libertad.

Y era tan abrumador poder sentirlo, sé que jamás podré tener la dicha de conocerlo a la perfección pero la sola pizca que se presentó en sus manos fue suficiente para saber que el amor podía ser una cruel debilidad o una fuerte esperanza.

Lo comprendí y por eso quiero ayudar. Junto a mi pequeño amigo.

Este mundo está corrupto, no es mi deber ayudarlos pero quiero hacerlo. Quiero seguir comprendiendo porque buscan esa ansiada libertad, el amor y la esperanza que le tienen.

Lo siento madre, si ese no es mi deber te ruego que me dejes vivirlo.

Yo Hanako Yamataikoku, lo ruego.

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𝙻𝚊 𝙽𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝚂𝚘𝚕. 𝙺𝚒𝚕𝚕𝚞𝚐𝚘𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora