Ayer...
Sucedió algo.
Sabía que dentro de mi existía algo lo sentía correr por mis venas y la sensación era tan extraña como atrapante.
Simplemente a veces pensaba que me estaba volviendo por completo loca. Hasta que ayer...
Antes de llegar a lo extraño... Madre, conseguí un amigo. Es un pequeño gato negro, no tiene nombre solo lo llamo "gato" me ha estado acompañando desde que le compartí de mi comida, suelo hablar con él y aunque no me contesta yo sé que me entiende.
Es como si su mirada me pudiera hablar. Es lindo tener a alguien después de meses de soledad.
Es mi pequeño amigo, madre.
Pero ayer. Fue atacado, estaba tan herido, su sangre caía por mis manos y yo creí que lo perdía.
Por primera vez sentí algo. Y fue tan aterrador. Porque era perdida, era dolor. No uno físico, sentía que mi pecho se presionaba, mis manos picaban y mi garganta dolía tanto.
Y entonces sucedió. De mis manos salió una luz tan amarilla como el sol por las tardes, como los girasoles al florecer. Abrazando el cuerpo de mi pequeño amigo, pude ver cómo él volvía a la vida.
Madre ¡Volvió!
Y luego sentí de nuevo. Era una emoción tan abrumadora que me dejó llorando por varios minutos aún abrazando al gato. Madre, llore. Por primera vez y no fue de tristeza como tengo entendido que funcionan las lágrimas. Fue alegría por salvar la vida de ese animal, y si talvez sea un pensamiento tan egoísta porque no quería quedarme sola. No de nuevo.
Él sigue conmigo lo miro durmiendo en este momento.
Estoy tan consternada, ¿Para eso me mandaste aquí?
¿Para ayudar? Porque si lo hice con mi pequeño amigo creo que puedo hacerlo con personas, ¿Esa es mi misión madre?
Porque si es esa, con gusto la tomo. Si está es tu misión, prometo cumplirla.
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𝙻𝚊 𝙽𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝚂𝚘𝚕. 𝙺𝚒𝚕𝚕𝚞𝚐𝚘𝚗
Fanfic◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇ El mundo siempre fue un misterio para él, uno que sabía jamás lograría conocer; al menos no como en realidad deseaba. La idea de pasar sus años sin conocer de sí mismo, ni de aprender que había más allá de Yamatai lo dejaban e...