𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈

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𝟕

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𝟕. 𝐋𝐚 𝐜𝐚𝐥𝐦𝐚 𝐲 𝐬𝐮 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚.

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Canary jamás había esperado reciprocidad, tal vez en sus fantasías más infantiles esperaba que Killua se diera la vuelta y la viera a ella. Sin embargo, cada vez que veía al alfa con otro omega su corazón e ilusiones caían decepcionadas, nunca le guardo rencor a Killua por ello, pero, ahora era todo tan diferente.

Se había hecho a la idea de que Killua jamás sería suyo, en realidad penso qué no sería de nadie. Un hombre roto como él, jamás busco la felicidad, la tranquilidad de una vida normal porque en palabras del mismo alfa "él no lo merece" intento por años mostrarle otro camino, otra perspectiva pero Killua solo le daba las gracias y seguía en esa depresión en la que ha estado sumergido durante años.

Imagino que si ella no pudo darle esa vida, nadie más podría.

Que equivocada estaba. Killua estaba ahora mismo cepillando a un nuevo caballo que había adquirido esa misma mañana, Ori lo ayudaba subido a un banco con los ojos brillosos al ver al hermoso corcel. Siguiendo con su trabajo con la madera que estaba tallando miro a la ventana que daba a la cocina, Gon estaba ahí parado lavando los trastes mientras que Kurapika platicaba algo con él.

Todos estaban en una fantasía ahora, en una monotonía qué jamás habían tenido. Y aunque quería entrar con ellos a ese nuevo estilo de vida, había algo que la molestaba, algo que rodeaba a Gon y a Ori de una forma que le hacía no bajar la guardia. Tal vez podían ser los celos que sentía por Gon, por el hecho de que el omega le estaba entregando la vida que ella siempre quiso darle a Killua y el idiota ni siquiera lo sabía.

No sabía si era así de idiota o realmente era un ser tan malvado para jugar con la debilidad emocional de Killua y aunque le caía realmente mal, creía que era la primera opción. Gon era demasiado ajeno a sus sentimientos y a los de Killua.

Estas semanas, esos tres se veían como una familia feliz, Gon había adquirido un puesto que jamás imagino que la manada tendría.

Cuando Killua la invitó a su pequeña manada le dijo que todos tenían un puesto importante, que eran compañeros y debían protegerse los unos a los otros, le dijo que los omegas eran igual de importantes que los alfas, cuando la confianza creció, él la llamaba su mano izquierda mientras que a Kurapika su mano derecha.

Pero esto era solo con las misiones, en la vida normal todo era un desastre en la casa, con el tiempo cada uno aprendió su puesto dentro de las granjas, pero, era Killua quien ordenaba como hacer las cosas nunca se le cuestionaron porque el alfa siempre lo había hecho con responsabilidad y velando por todos. Era un buen alfa cuidando de su manada, pero, que no tenía un omega.

𝙻𝚊 𝙽𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝚂𝚘𝚕. 𝙺𝚒𝚕𝚕𝚞𝚐𝚘𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora