Donde Lily Evans no puede ni ver a Sirius Black sin tener que hacer los ojos hacia atrás pero que con el tiempo terminó siendo a la única persona que quería ver y a la única que teniendo enfrente hacía su corazón latir como nunca antes.
Donde Sirius...
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- wow, las pinturas son increíbles... - estaba tan emocionada de que la dueña del lugar me dijera eso. - me alegro tanto de que te hayamos dado el lugar a ti para la exposición.
- soy la mas agradecida por esta oportunidad... con todo lo que ha estado pasando en el mundo mágico... no creí que se pudiera hacer pero sin ti, esto no sería posible.
- oh, lo que sea por la mejor alumna de todas. - dice Christina, la sobrina de la Madame Pomfrey. - al menos, eso dicen todos.
- no, para nada. - reí nerviosa y este se retira para seguir hablando con los demás que estaban en la exposición.
Han pasado cuatro años desde que dejamos Hogwarts y recién cumplí mis veinte años y me di la oportunidad de seguir en el mundo del arte. Fui a clases y seguí dibujando pero también haciendo pinturas. Creo que me gustó mucho mas hacer este tipo de arte, el que es en un lienzo y con pinceles y James fue tan lindo que me apoyó en cada momento. Todos, realmente.
Las cosas han estado de maravilla. Mis padres están bien, Petunia esta bien... mis amigos están bien y eso es lo que mas importa. Con todo esto de la guerra, muchos no hemos tenido oportunidad de hacer nada que pueda hacernos en lo mínimo felices. Pero por ello, he tomado la decisión de vivir la vida lo mas que pueda y hacer lo que me apasiona. En este caso, llevo ya bastante tiempo queriendo enseñarle al mundo mi arte y era la oportunidad perfecta el conocer a Christina, quien acababa de comprar el lugar donde hay muchas exposiciones.
Esta es justamente, mi ultima tarde con la exposición. Ya que solamente separé tres días para distraerme y disfrutar mi fin de semana sola. Y me gusta demasiado ver a la gente venir a conocer mis dibujos y que si les gusten. Pero siendo ya el último día, ya realmente nadie se acercaba. No del todo.
- esta pintura me encanta. - me quedé helada ante la voz de Sirius detrás mío. No había escuchado esa voz en lo que parecen años y ahora se presenta, justamente aquí. Voltee a verlo de golpe y este estaba completamente diferente. Llevaba barba, pero lucía bastante bien con ella y en estos momentos, usaba un abrigo color negro. No dije nada al respecto y tan solo lo miré fijamente a los ojos, solo que el no dejaba de ver a la pintura. - ¿no es hermoso? algo que nadie vería del todo como una combinación. Flores y estrellas.
- es solo arte. - dije, tratando que de verdad, no pensara que la pintura era por el. - el mensaje es que... las estrellas ofrecen su mejor brillo al cielo, para que en la noche todo sea lindo y... las flores a la tierra, desde el otro extremo, tan solo... ofreciendo su aroma y colores que hacen lucir... bien el lugar.
- cierto, ambas bellezas tan lejanas la una de la otra. Una en el cielo y la otra en la tierra. - hice una mueca. - sin embargo, están en tu pintura, caben ambas ahí.
- hola Sirius. - sonreí y este a mi.
- hola... - hace una pausa. - Lils. - puedo sentir mis vellos erizados del brazo de los escalofríos que escucharlo decirme de esa manera de nuevo, me causó. - me encanta tu trabajo. - de nuevo se enfoca en las pinturas y las mira todas. - ¿cuánto tiempo llevas pintando?
