Capítulo 29

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Daisy

Me despierto con un cuerpo envolviendo el mío. Volteo mi cabeza para ver a mis espaldas donde Logan duerme plácidamente con su pecho pegado a mi espalda, su cara enterrada en mi cuello y sus manos dentro de su camisa colocadas en mi cuello.

Me fijo en el reloj que dice que son las tres de la mañana, me doy la vuelta para acurrucarme con Logan, él suspira entre sueños y me aprieta para pegarme mucho más a él.

—¿Qué pasa? —pregunta Logan con la voz ronca y cargada de sueño.

—Nada, solo me quería acomodar mejor.

—Bien.

Enterró su cara en mi cuello, respiró con profundidad y su respiración se calmó a medida que acariciaba su cabello. Se durmió y volvió a despertarse hasta que a mí también me gano el sueño y caí en un sueño profundo a su lado.

Horas después me desperté en una cama vacía y con el olor del café penetrando mis fosas nasales. Voy al baño, me cepillo los dientes, me baño y salgo a la sala, dirigiéndome a la cocina. Donde Natasha está terminando de limpiar la cocina y Logan está tomándose un jugo de naranja.

Me ve, me atrae hacia él y me besa. Me separo de él porque Natasha está en la cocina, ella pone un plato de comida frente a mí y yo se lo agradezco. Logan me sienta entre sus piernas mientras Natasha, él y yo tenemos una conversación.

—¿Estás seguro que todavía me necesitas? —le pregunta ella.

Logan me mira como si yo fuera la que necesitara responder. Lo miro de vuelta. Mira a Natasha.

—No. Por ahora no, Natasha, pero gracias por tus servicios —le dice Logan.

—Lo sabía —dice y me mira—. Ahora es un hombre domado, te agradezco por eso, Logan es totalmente insoportable.

Me rio después de dar un trago de mi jugo y le acaricio la nuca con las uñas.

—Un poco sí, pero aquí vamos, soportándolo.

—Me alegro de que por fin siente cabeza, no sé si estaba harta de que el apartamento oliera a cigarro casi todos los días o que llegará muy tarde de las fiestas.

Logan se tensa a mi lado, hago caso omiso a su postura y sigo a acariciándole la nuca. Le beso la mandíbula antes de hablar con Natasha.

—Pues uno aprende de todo lo que le pasa en la vida, Logan aprende de todo lo malo y lo bueno. Al igual que todavía aprendemos cómo ser una pareja correcta, aprendemos a comunicarnos y tenernos confianza. Eso es lo que Logan y yo aprendimos juntos.

Natasha mira a Logan y le sonríe.

—Qué buena mujer te conseguiste. Una mujer que te dé estabilidad, confianza, comunicación y amor es todo lo que está bien. —Sonríe y se acerca para abrazarnos—. Me alegro de que sea una muy buen pareja, lo merecen.

—Gracias —le digo, devolviéndole el abrazo con fuerza.

—Cuida a tu mujer, Logan, porque es muy probable que te la quito.

—Nunca —responde Logan y me acomoda sobre sus piernas.

—Bueno, al fin tendré mis vacaciones en Cancún.

—Siempre las tuviste, pero no las quisiste —le dice Logan.

Natasha gira los ojos y me abraza.

—Cuida de él, ¿sí? Nos veremos por ahí. Nos vemos.

—Lo haré, nos vemos —le devuelvo el abrazo.

Logan se despide de ella diciéndole que vaya a disfrutar esas vacaciones ya, que le depositará siempre su sueldo y ella se va riendo. Logan me besa mientras lavo y acomodo los platos y vasos.

Unidos por un hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora