Daisy
Me despierto con un cuerpo detrás de mí, abrazándome fuerte contra su pecho, una de sus manos entrelazada con la mía sobre mi estómago y la otra debajo de mi cabeza, suspiro sintiendo unos cosquilleos por toda mi piel, es mi nuestro primer día de San Valentín y no puedo estar más emocionada por ello.
Además, es Logan. Es el hombre que todo mundo quiere y necesita. Y siempre que estoy cerca de él no puedo verlo y no evitar abalanzarme sobre él para decirle cuánto lo amo o para que me tome en todas las posiciones posibles y amo pasar tiempo con él.
Desde hace unos días vengo planeando todas las cosas que podemos hacer hoy y estoy emocionada por ello.
Suspiro mientras siento su siempre y activa erección masculina clavarse en mi trasero, me restriego contra él haciendo que suspire sobre mi cuello y apriete nuestras manos sobre mi estómago.
—Ten cuidado, cariño, porque voy a follarte tan fuerte que no recordarás ni qué día es. —Su voz sale ronca y gimo porque amo su voz ronca.
Mi núcleo se aprieta pensando en lo bien que sería eso, pero me doy vuelta y miro sus preciosos ojos azules, le paso los brazos por el cuello y él me aparta el cabello de la cara, suspiro inclinándome más a su toque.
—Hazlo —susurro.
—Te lo compensaré más tarde, cariño, debo ir a arreglar unas cosas en la galería.
—¿Sí? —pregunto queriendo que recuerde el día que es hoy y se quede en casa conmigo—. ¿Sabes qué día es hoy?
—Por supuesto, cariño, es martes.
Frunzo el ceño y él me da un beso en la frente, se sienta y sale de la cama directo hacia la ducha, me muerdo el labio pensando en que está haciendo bromas, pero cuando sale con una toalla envuelta en sus caderas y se mete al armario y luego sale vestido casualmente todo de negro.
—¿Por qué sigues en cama? —me pregunta.
—Solo me quise quedar un ratito más.
Se sienta a los pies de la cama y me acerco a él envuelta en las sábanas blancas, me revisa más de dos veces y suspira lamiéndose el labio inferior.
—Eres tan jodidamente preciosa. Qué suerte tengo de que seas mi esposa.
Me río y le paso la mano por el cabello húmedo.
—¿Qué quieres hacer hoy? —le pregunto.
—Iré al museo a arreglar el problema luego le ayudaré a mi padre en la empresa, ¿nos vemos está noche en su casa?
Me muerdo el interior de la mejilla porque quiero tener una cena romántica juntos, sintiendo un nudo en mi garganta le regalo una sonrisa temblorosa y asiento. Veo su mirada cambiar, pero no dice nada.
—Sí, está bien. Nos veremos en casa de tus padres. Yo iré al acuario.
Nos despedimos y él sale en su auto. ¿Será que no se acuerda que hoy es San Valentín? Me levanto de la cama y me alisto para ir al acuario y cuando salgo de nuestro casa, es imposible que Logan no se haya dado cuenta cuando todas las casas tienen corazones y tienes escrito "Feliz San Valentín".
Llego al acuario donde hay muchas flores y muchas bombas de corazones. Voy caminado a nuestra oficina esperando que me haya dejado flores en mi escritorio, cuando voy por la recepción miro a Blake trabajando con algo más y hay un ramo de preciosas flores en su escritorio. Me sonríe en cuanto me ve y me da un abrazo deseándome un feliz día.
Cuando entro a nuestra oficina, no hay nada. No hay globos ni flores y mi estómago se hunde, pero ignoro la sensación mientras me pierdo entre el papeleo y todo lo que tengo hasta que da el almuerzo y Blake abre mi oficina para decirme que mi suegra quiere almorzar conmigo. La hago pasar y cuando se sienta en mi escritorio con bolsas en sus manos.
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Unidos por un hilo rojo
RomanceDaisy siempre tuvo en claro una cosa: ella había planeado un futuro con Gabriel, soñó tener una boda de ensueño, tendrían unos lindos bebés, un perro y un gato y serían felices para siempre. Entonces, ¿qué fue lo que la hizo cambiar de parecer? ¿Qué...