Daisy
Todo está oscuro. No sé dónde estoy o para dónde voy, solo sé que las lágrimas se derraman por mis mejillas. Creo que vamos en un auto porque siento que nos movemos, mi cuerpo rebota contra el metal del maletero porque me metieron aquí después de cubrirme la cabeza con una tela negra. Siento que el aire se me va, no sé cuántas horas llevamos viajando, pero me he aguantado las ganas de ir al baño muchas veces.
No sé si Jackson está bien, o siquiera está con vida.
Axel y Zack también sufrieron, no sé si están con vida.
No sé por qué me hacen esto.
Papá y mamá deben estar muy preocupados.
Logan ya debe saberlo.
Adrián debe estar molesto por no saber qué hacer.
No me lo merezco, no he hecho nada malo. No debo pagar nada a nadie.
El auto se detiene y las puertas se cierran. Aguanto el aire, mis manos están atadas en la parte de mi espalda, igual que mis pies. Me quitaron la cinta de la boca, no la necesitaba. No grité.
Froto mi cara en el suelo del maletero para limpiarme las lágrimas y que no vean que he llorado. El maletero se abre y aguanto la respiración.
—Muy bien, hija de papi, es hora de que nos podamos divertir.
Niego con la cabeza cuando sus manos me toman de los brazos y las piernas, siento cómo me eleva. Pero al instante que mi cuerpo está un tiempo en el aire, me estampa contra el suelo, mis huesos crujen al impactar contra el suelo, me muerdo la lengua hasta que siento el sabor metálico de la sangre dentro de mi boca, me la muerdo para no complacerlo con ningún sonido proveniente de mí. No voy a darle el placer de disfrutar de un dolor que no merezco.
—Está bien, no grites, por ahora. Vas a gritar de verdad cuando pases todo lo que ella pasó.
Me rio.
—Vas a hacerme disfrutar de un dolor que no merezco. Una puta mierda —digo, con rabia, dolor y las lágrimas al borde.
Me toma del cabello y me pone de pie, tropiezo con mis pies varias veces, pero me estabilizo. Tristan no me suelta el pelo y lo aprieta entre sus manos, siento su aliento en mi nuca. Se ríe con maldad. Puedo sentir la burla emanado de todo su ser.
—No, no lo mereces. Pero tu padre sí, la familia de tu novio también. Y no hay mejor manera de hacerlo pagar a ambos —me empuja y empezamos a caminar, siento las hojas y ramas quebrándose mientras caminamos. El bosque. Me trajo al bosque—, tú. Eres la hija de Daren Beckham, le vas a doler mucho, y eres la novia de Logan Smith. Su padre era hermano de ella, la perra de Adriana. Mejor amiga de Leila Dawson. Los padres de Adriana están sufriendo en este momento, les recuerdas a ella.
—No. No soy ella.
—Les recuerdas a todos cómo no pudieron hacer nada y la perra al final murió. Pero se llevó a Leila con ella. Esta vez no. No te vas a llevar a nadie. Te irás tú sola. Morirás. Absolutamente sola.
Al sentir su cabeza ubicada en mi cuello, me impulso y lo golpeo, suelta un jadeo y aprovecho para salir corriendo, aunque no veo nada, pero mis pies sienten en camino, corro y corro, siento sus pisadas detrás de mí y no me tengo.
No me detengo hasta que tropiezo y caigo, caigo sobre el agua. Al estar sin manos y sin poder ver lo que hay a mi alrededor mi corazón se acelera y siento que me llevan hacia el fondo, pero no me importa. Me impulso con mis pies para subir a la superficie, el agua me ahoga y la respiración me hace falta, pero floto después de unos minutos, tomo bocanadas de aire e intento orientarme, pero un jalón de pelo me desconcentra.
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Unidos por un hilo rojo
RomanceDaisy siempre tuvo en claro una cosa: ella había planeado un futuro con Gabriel, soñó tener una boda de ensueño, tendrían unos lindos bebés, un perro y un gato y serían felices para siempre. Entonces, ¿qué fue lo que la hizo cambiar de parecer? ¿Qué...