Daisy
Maddie, Oliver, Emma y yo estamos en la barra del equipo de Logan y Andrew. El juego comenzó hace cincuenta minutos y nuestro equipo va ganando. Todos los touchdown que Logan ha echado me lo ha dedicado a mí. Porque me señala cada vez que anota uno.
Justo ahora está corriendo para su próximo touchdown. Corre y corre hasta que impactan contra él.
Impactan contra él.
No.
No.
No.
Él cae al suelo y más golpes lo siguen de cerca, la persona que lo golpea no se detiene.
Entonces todo se ralentiza. El campo se queda en total silencio. Nadie se mueve. Todo se ha quedado quieto. Mi corazón se ralentiza y no siento. Todo lo que veo es la sangre que mancha su camiseta, está tirado en el suelo y no se mueve.
Logan no se mueve.
¿Por qué no se mueve?
No sé en qué momento he comenzado a correr en dirección al campo, pero ahora siento todo al mil. La gente grita, su entrenador y jugadores están reunidos a su lado mientras los paramédicos lo revisan y suben a una camilla.
—¡Déjenme pasar! —grito—. ¡Déjenme pasar, por favor, soy su novia, déjenme pasar!
Maddie y Emma me gritan, pero no les entiendo nada. Yo solo quiero pasar, quiero verlo. Quiero saber que respira. Quiero saber que está bien.
Intento pasar y empujo a todos. Pero nadie se aparta. Entonces alguien envuelve sus manos vueltas puños en mi estómago y me sostiene. Mis lágrimas se derraman sin parar al ver que nadie me deja pasar.
—Daisy, necesitas calmarte. Vas a pasar cuando estés más tranquila. Ellos están atendiéndolo.
Mis rodillas tiemblan ante las palabras de Andrew y niego con la cabeza. Mis lágrimas me empapan la cara y los paramédicos gritan no sé qué. La policía pasa por mi lado con el chico que lo golpeo, tiene una sonrisa en la cara y me mira de arriba hacia abajo.
Me suelto de Andrew y corro hacia el chico para pegarle con mis puños en el pecho.
—¡¿Por qué le haces esto?! ¡Él no te hizo nada! Casi lo matas.
Se ríe en mi cara.
—Esa era la idea, princesa. Me pagaron bastante por ello, pero se salvó. La próxima vez tú eres la que no se va salvar. —Me sonríe y se encoge de hombros.
Un escalofrío y el miedo me recorre todo el cuerpo, pero no dejo que él lo vea. Le doy una cachetada y luego lo golpeo y araño, los oficiales intentan detenerme, pero no me dejo. Hasta que los brazos de Oliver y Andrew me retienen, el chico solo se ríe y me mira.
—Disfruta tu tiempo. Luego no lo tendrás mucho.
—¿Qué te hicimos? —pregunto con un nudo formándose en mi garganta —. No te hemos hecho nada. No merecemos esto.
Se carcajea y me mira por última vez.
—Oh, no. Ustedes no. Pero...
Le comienza a salir espuma de la boca y a convulsionar frente a nosotros, nos separan de ellos y lo atienden a lo que Logan ya no está en el campo. Y me agarro el pecho con desesperación buscando en todos lados. Maddie y Emma me abrazan mientras Oliver habla por teléfono. Él termina de hablar por teléfono y nos mira.
—Lo llevaron al hospital, su familia nos encontrará allá.
Oliver, Maddie y yo nos vamos juntos. Emma y Andrew se quedan para intentar conseguir algo más, dicen que nos encontrarán allá. Salimos disparados al hospital mientras yo miro por la ventana con las lágrimas empapándome la cara. Maddie está a mi lado sobándome la espalda y el cabello.
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Unidos por un hilo rojo
Lãng mạnDaisy siempre tuvo en claro una cosa: ella había planeado un futuro con Gabriel, soñó tener una boda de ensueño, tendrían unos lindos bebés, un perro y un gato y serían felices para siempre. Entonces, ¿qué fue lo que la hizo cambiar de parecer? ¿Qué...