Cap. 3

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El día era, desde el punto de vista de Li, hermoso, perfecto para practicar, así que tomo su arco y salió camino al bosque, quería y necesitaba estar sola.

¿Segura que no quieres compañía?

No, es mejor si voy sola, necesito esto

Bueno, ya sabes qué hacer si necesitas ayuda

Descuida, no creo que me vaya a pasar nada, por ahora. Y en dado caso de que paso algo, sé cómo pedir ayuda, no te preocupes.

Eso es cierto —Yuna llego al lado de Cheng y Li—Ten confianza en ella, debes bajarle a tu sobreprotección.

No es sobreprotección, ya hizo una acusación directa, si en verdad la princesa heredera planeo el ataque al desfile, quien sabe lo que pueda hacerle ahora

¿Por qué tú también hablas como ellos? No hice ninguna acusación directa, solo me equivoque y me dirigí al culpable como si fuera mujer, pero nunca acuse a nadie

Ese argumento puede servirte con ellos, pero no conmigo

Pero Li tiene razón, no hizo ninguna acusación directa, aunque se dirigiera al culpable como ella ¿Cuántas mujeres existen en Guepardos? ¿Cuántas mujeres trabajan en el palacio? Li no menciono nombre ni posición ¿Así que por que exaltarse?

Lo mismo pienso, pero a todos les encantan doblar mis palabras para sus propios beneficios

Y por eso vas a tener mucho cuidado allá afuera. Toma te prepare algunos bocadillos

¡Eres la mejor Yunie! Por eso te adoro —Li tomo lo que se le entregaba y dejo un sonoro beso en la mejilla de Yuna, su mejor amiga. —Si ya no hay nada más que ordenarme me iré ahora, y prometo ser muy pero muy cuidadosa.

Tanto Yuna como Cheng sabían que esta era una promesa vacía, pero igual la dejaron ir.

El bosque estaba más silencioso de lo normal, lo que extraño a Li, así que se decidió a dar una rápida revisada para asegurar su seguridad. Fue así como encontró las casi desaparecidas huellas, claramente lo pensó y analizo, pero de igual manera las siguió, con su arco listo para cualquier eventualidad.

No había avanzado mucho cuando se topó con un grupo de cinco hombres, a los que vio extrañada, las huellas que seguía no eran las huellas de un ser humano así que ¿Por qué se había encontrado con ellos?

Y realmente deseaba no haberlos encontrado, eran un grupo de imbéciles que pensaron que ella era una chica inútil e ignorante con la que podían jugar.

Habían tan solo pasado tres días desde su encuentro con sus padres, y debía reconocer que aún seguía frustrada, por esto había salido a practicar, porque necesitaba sacar su frustración, y estos imbéciles eran los medios perfectos, así que les demostró cuan inútil e ignorante era, y lo disfruto.

Ellos al ver que no era para nada sumisa y débil, decidieron retroceder. Pronto estuvieron fuera del territorio de Guepardos, y cayeron en las manos de sus perseguidores.

¿Emperador Nerida? Otra vez usted, parece estar teniendo serios problemas con sus súbditos, me pregunto si ¿será usted un mal gobernante?

Y yo me pregunto porque tienes que aparecer en todos lados solo para decir estupideces.

Ahora resultar que hablar con la verdad es decir estupideces. Señor Emperador yo solo hablo en base a lo que veo

En base a lo que vez también deberías callar. —con una seña de sus manos, los guardias que lo acompañaban subieron a los prófugos a los caballos, el también monto el suyo, listo para partir de regreso.

Vaya forma la que tiene de decir gracias

No hay nada por lo que tenga que agradecerte

¿Está seguro?

Muy seguro, hacer 'buenas acciones' es solo tu forma de alivianar tu karma. tú deberías de agradecerme a mí por ser parte del medio que ayudara a alivianar tus pesares.

Sí es así, debería de empezar también a hacer buenas acciones, a ser más amable y saber agradecer, pues de los dos no se sabe cuál karma será el peor.

Sin querer darle tiempo a alguna replica, Li retrocedió, la poca ira que había logrado menguar anteriormente con esos imbéciles, se le había sido devuelta multiplicada.

No había avanzado mucho cuando se detuvo a controlar su respiración, y en medio de su control, los escuchó. Se quedo quieta, analizando lo que escuchaba, encontrando la dirección de la que provenía, y no pudiendo no entrometerse. Se maldijo a sí misma mientras iba en dirección a los aullidos.

Enseguida Li se había dado la vuelta, Shenta había partido, él se encontraba de mal humor, y no podía culpársele: uno de sus guardias personales había intentado matarlo, investigando el asunto se encontró con todo un grupo contrario en su propio hogar, algunos de estos se dieron a la fuga mientras los otros prefirieron suicidarse a entregarse. Y como si con eso no tuviera suficiente, los ancianos y ministros seguían molestando con que debería tomar esposa, que ya debería empezar a formar su harem, y su madre se había sumado, recientemente, a esta demanda, no dándole descanso.

Y él también tenía que reconocer, que cada que se encontraba con Li su mal humor salía, no la odiaba, solo no era de su agrado y no quería tenerla cerca, pero en los últimos años se habían encontrado bastante, y ninguno de esos encuentros fue agradable.

Unas repetitivas ¿risas macabras? Los hicieron detenerse, fue rodeado enseguida por sus guardias. La vegetación a su alrededor empezó a moverse, y él podía sentir a varios enemigos acercarse, aparte de que ese sonido le era familiar. Pronto supo quien lo producía.

Alrededor de quince hienas le rodearon, ellas eran las que se reían locamente, en realidad no se reían, pero su aullido era más cercano a una risa que a un aullido en sí. Los segundos antes de que atacaran se sintieron como años.

Claramente él no se quedaría siendo solo protegido, vertió energía en su espada y se defendió y ataco, pero estos animales parecían tener una inteligencia muy cercana a la humana. Y antes de darse cuenta estaban en desventaja, y si eso no era suficiente, más empezaron a llegar.

A Li le costó más de lo que quiso el llegar, ella también se encontró con alguno de estos animales en el camino, quienes la vieron como amenaza y no dudaron en intentar eliminarla. Casi exhausta llego al centro del conflicto, busco un lugar alto, y se decidió a practicar su tiro al arco.

En su mano se materializo una flecha turquesa de energía espiritual, misma que coloco en su arco, flexionando sus músculos y no dudando al disparar, atravesándole la cabeza a una hiena. No había tiempo de regodearse por su tiro, otra flecha apareció en su mano, siendo disparada rápidamente, y a esa le siguieron más.

Shenta y los suyos siguieron la dirección de las flechas, una sonrisa quiso aflojar en los labios de él, pero no la dejo, y siguió en lo suyo.

Los brazos de Li empezaban a pesarle, y su energía a decaer, pero ella no se detuvo y menos titubeo, concentrada en lo que hacía, fue así como fue sorprendida por una hiena, las mandíbulas de esta fueron detenidas por el arco, la fuerza del impacto hizo que Li retrocediera y casi callera.

Otra hiena llego por atrás, solo rozando sus dientes con su hombro, pues una flecha le cruzo la cabeza, y luego otra asesino a la que tenía en frente. Con su irregular respiración miro hacia abajo, más hombres de Wanna habían llegado, entre ellos arqueros. Las hienas pronto tuvieron en desventaja.

Un casi imperceptible silbido atrajo la atención de Li, en especial porque las hienas se detuvieron, parando sus orejas y luego dándose la vuelta para marcharse. Algo que le pareció extraño, luego volvió la mirada hacia el grupo de Shenta, encontrándose con que los cinco hombres que habían sido atrapados estaban muertos, desgarrados por las hienas.

Su mirada y la de Shenta se encontraron como por arte de magia, ambos respiraban con sus bocas abiertas. Uno de los hombres que casi siempre estaban con Shenta le susurro algo, y ella lo tomo como su invitación a irse, para cuando él volvió a levantar la mirada, ella no estaba.

El Diario de una Reina AmadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora