Cap. 8

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¿Quisiera una explicación sobre esto? —Li irrumpía en el salón, donde sus padres y hermana menor se encontraban desayunando

Buenos días para ti también —Su madre le dedica una sonrisa que solo causa nauseas en ella

Pasando por alto tu falta de respecto, lo que no debería de sorprendernos, ¿de qué quiere una explicación la fugitiva de la ley?

¿La fugitiva de la ley? —Li tenía unas ganas inmensas de reír —¿Ese será mi nuevo apodo ahora? ¿pero para ser una fugitiva no debería de estar huyendo realmente de la ley? Algo que claramente no hago, ni he hecho nada tampoco que sea considerado inapropiado...

Entonces habría que refrescarte la memoria —Mei tomo la palabra —no te vasto con involucrar a esos pobres muchachos y llevarlos a la muerte, sino que también involucraste a una de las hechiceras... disculpa, a una exhechicera del palacio en tu desesperado plan por apoderarte de la corona. Li, hermana querida ¿Cuántas personas más arruinaras por tus deseos de poder?

No sé, eso es algo que debo de preguntarle a ustedes que son los escritores de esta horrible novela de conspiración, pero también debo agradecerles el que me tengan como protagonista. Ahora pasando a los temas reales y que son los importantes ¿Cómo es eso de que han echado a Fei del palacio?

Nos alegra que las noticias te lleguen rápido, y agradece que solo la echamos y no ejecutamos como la traidora que es —la reina se puso de pie, acercándose a su hija mayor, tomándola de las manos, sin lograr que Li siguiera se inmutara por su tacto —Ya deja de involucrar inocentes en tus oscuros planes, siempre estaremos un paso delante de ti

Dejen ustedes de involucrar inocentes en sus estupideces —Li se soltó sin delicadeza de su madre —Fei no es ninguna traidora, solo me ayudo a buscar información sobre algo que también los beneficia a ustedes, pero están tan cegados en sus imaginativos planes de conspiración que no ven nada más.

¿Todo es producto de nuestra imaginación? ¿Todo lo que haces es por amor al arte? —el rey también se puso de pie —te has pasado toda tu faltándole al respecto a tu hermana, a nosotros, siendo una vergüenza para nuestra familia y para el reino, nosotros tomamos medidas y te vuelves la más delicada a los ciudadanos de Guepardos. Reconoce que quieres la corona, acepta que nunca la tendrás, y renuncia a todos tus planes, vuélvete de una vez por todas una hija filiar.

Al respecto no les falto a ninguno de los tres, y una hija más filiar no van a encontrar, no hay ningunos planes ocultos para hacerme con la corona. Pero si tanto quieren que sea la mala de este cuento pues lo seré, tomare enserio el papel que durante años me han dado los reyes de Guepardos, pues unos padres nunca han sido, no se arrepientan después.

Sin deseos de escuchar nada más, Li, emprendió la marcha, yendo directo a su habitación donde recogió las últimas cosas que le quedaban allí, y luego fue a despedirse a la tumba de sus abuelos, ya buscaría la manera de colarse para cambiar sus flores.

Una vez fuera, se propuso buscar a Fei, le ofrecería un lugar en su grupo, le pagaría por su ayuda y claramente le solicitaría más información, pero encontrar a la hechicera fue difícil, como si la tierra se la hubiese tragado, encendiendo las alarmas en Li.

Ya llevaba mucho tiempo en el bosque, alejándose de la ciudad cada vez más, recuerda a Fei contándole sobre su debilidad por las flores extrañas, y en que partes del gran bosque se encontraban. A parte de que Fei era una hechicera, y a los hechiceros les gusta vivir entre la naturaleza, lo más lejos posible de los asentamientos humanos. Pero ella aun no encontraba ninguna pista sobre ella, y comenzaba a cansarse, estaba a punto de rendirse cuando unos sonidos captaron su atención, luego de escuchar atentamente unos segundos dedujo que eran de dolor, pero no humanos, lo que le dio un poco de alivio, pero no acabo con su curiosidad, así que preparando su arco para cualquier eventualidad, se acerco al origen del ruido.

Al mover las hojas que impedían su visión, casi deja caer su arco, iba mentalizada para encontrarse con hienas, pero en su lugar se encontró con un canino de pelaje claro y del tamaño de un caballo, y comiéndose un caballo, un esquino que seguía vivo, pataleando mientras era devorado por su costado.

Li estaba en shock, por lo que no noto a tiempo cuando fue percibida por el enorme perro, quien la vio como amenaza, así que hizo pausa en su comida para abalanzarse sobre ella, tomándola por sorpresa.

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Un grupo de 23 guerreros se dirigía desde Nir hasta el Reino de Loto, una paloma había llegado muy lastimada a la frontera, con un urgente pedido de ayuda. Así que la comitiva que sería enviada salió de emergencia. Kun había partido a uno de los reinos fronterizos de Wanna, donde las hienas se estaban adueñando de los pueblos más pobres, así que Shenta salió hacia Lotos, dirigiendo veintitrés guerreros y dos sanadores, una comitiva menor les seguiría, llevándole ellos horas de ventaja.

Casi llegando a las amplias tierras de nadie, Shenta hizo que todos se detuvieran, podía sentir el extraño aroma en el aire, ordeno que se pusieran en posición de defensa, justo a tiempo para que quienes les rodearon se mostraran, y justo como pensaba: eran hienas.

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Li corría con las ramas golpeando su rostro, no se molestaba en mirar atrás; el caballo sobre el cual aun se encontraba Shenta, se vio lastimado cuando una hiena encajo los colmillos en una de las patas, saltando a tiempo del caballo, Shenta continuo su lucha de pie.

Li llego a los límites de su reino, las tierras de nadie a su frente, sus manos sobre sus rodillas mientras su respiración se estabilizaba; Shenta y sus hombres lograron avanzar hacia el frente, saliendo del estrecho camino hacia la amplia explanada.

Li observo en silencio, ya parada derecha, podía escuchar el sonido de batalla. Las hienas hicieron su aparición en su campo de visión, su postura cambio a defensiva, no oculto su sorpresa al observar a los hombres de Wanna avanzar, y a Shenta dirigiendo este avance. Sus labios se curvaron en una sonrisa que murió antas de mostrarse completa, pues más hienas empezaron a llegar.

Olvidándose de su perseguidor, preparo su arco, limpiando el camino para los de Wanna, dándoles más espacio para moverse. Los de Wanna siguieron la dirección de las flechas de forma rápida, incluso Shenta, quien de solo verlas ya sabía a quién pertenecían. Él también formo una sonrisa, encontrando gracioso como Li siempre aparecía cuando se le necesitaba, como si supiera cuando ellos (él) estarían en peligro.

Los brazos de Li pronto comenzaron a pesar, pero esto no afecto su puntería. Miro como Shenta se detenía, mirando en su dirección, por la distancia no podría escuchar lo que decía, pero con solo ver sus labios entendió la palabra 'atrás', girándose justo a tiempo para recibir la embestida de un enorme perro, mismo de quien huía momentos antes. Y que la lanzo por la pequeña ladera, mientras escuchaba el sonido de su arco romperse en las mandíbulas del canino.

El Diario de una Reina AmadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora