El Diario de una Reina Amada

Cap. 4

—Te vez fatal

—Gracias por decirme lo que ya sé

—Y tu humor es fatal también

—Dame una sola razón para que no lo sea —Shenta le ofrece una copa a Kun, quien no duda en tomarla, siguiendo a Shenta y sentándose en los escalones que llevan al trono.

—¿Me dirás o debo adivinar?

Shenta se tomó dos copas antes de responderle —tuve reunión con los ancianos, ya sabes cómo se ponen, siguen fastidiando con lo de una emperatriz —otra copa bebida —hace poco sufrí un atentado, todos los responsables están muertos, y ellos en vez de decirme ideas para llegar al fondo de esto me exigen tomar esposa para tener decendencia. Créeme que estuve a punto de hacer una masacre.

—Un intento de asesinato es algo serio, debemos llegar al fondo del asunto, y por eso estoy aquí. Pero creo que también debes de prestar atención a las palabras de ellos, no te estás haciendo más joven.

—Es enserio Kun, ¿Tú también vas a empezar con esto?

—No te enojes, no te lo digo para eso, tampoco te digo que mañana vayas y tomes esposa, solo que lo pienses, y empieces a ver candidatas para el puesto de emperatriz

Shenta respiro profundo, frenando su creciente ira, estaba muy susceptible al mar humor últimamente —No tengo que preocuparme por eso. Hace poco llego un pedido de ayuda del Reino de Lotos, han sido víctimas de extraños ataques, la situación se les ha salido de las manos, no pueden contra su enemigo, uno que según la carta es desconocido y escurridizo. El consejo ha aceptado que le enviemos ayuda pero no de gratis

—Déjame adivinar, van a pedir la mano de alguien como pago por la ayuda.

—Claramente no directamente, pero sí. Estuvieron alabando la belleza de la tercera princesa.

—He escuchado que es realmente bella, una princesita consentida por sus padres y hermanos, pero educada para ser reina, no podrá serlo en el Reino de Lotos, pero podrá serlo aquí, y no solo eso, sino ser la emperatriz de todo un imperio.

—Pero yo no estoy de acuerdo, el matrimonio no es algo que este en mis planes.

—Pero debe de estarlo aunque no quieras, o si no ¿Quién será el próximo gobernante?

—Mis primos que se pongan las pilas y engendren, yo no debía ser el emperador, y mírame. Nadie se morirá si se repite la misma historia que conmigo.

—Ciertamente no podemos obligarte, ya sabrás como librarte del consejo. Pero piénsalo enserio, el tomar una esposa no es malo, al contrario podría servirte para mucho, con una esposa ya no te molestaran.

—Lo harán, pedirán entonces un heredero

—Se lo das, solo uno, yo quiero tener sobrinos de tu parte Shenta.

Shenta observo a su mejor amigo, antes de negar y beberse otra copa ¿Cuánto faltaba para que se embriagara? Pero sin importar cuanto faltara hoy no sería el día que se embriagaría.

Uno de sus guardias toco la puerta, anunciándose y luego entrando para dejar un apresurado mensaje: individuos del Reino de Guepardos se habían filtrado en su territorio, fueron atrapados, pero ahora había una mujer causando disturbios en la frontera pidiendo a los apresados. Su cabeza palpito como una corazonada de la identidad de la mujer.

—Tranquilo, quédate bebiendo, yo me hare cargo

—No, tú acabas de llegar, ya que me vinieron a avisar, iré. Tal vez me sirve para desestresarme un rato.