Cap. 16

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Después de que los reyes supieran quien era Shenta se mostraron más amables y preocupados por su gente, aunque el corazón de Li quería estar al lado de Shenta no soportaba la hipocresía de sus padres, así que se mantuvo alejada el resto del día.

Las pérdidas humanas en Guepardos no llegaban a treinta, pero aun así Li se sentía afligida, pensando que esto pudo evitarse, había heridos y muchos que no tenían ni un rasguño, pero su mente solo le hacia ver a aquellos que perdieron la vida y a quienes tenían heridas graves.

En cuanto a lo material los daños fueron muchos, aquel restaurante en el que Li solía pasar su tiempo estaba destruido, algunas casas habían tenido la mala suerte de caer ante el fuego, las calles estaban llenas de cuerpos y de sangre. La nube del resentimiento se iba alejando, y el aire ya no se sentía tan pesado.

Junto a los sacerdotes Li realizo la limpieza de energía negativa, quedando agotada pero viéndose obligada a asistir a la cena que sus padres ofrecieron, ¿El pretexto? Tenían entre ellos al gran Emperador de Wanna, el joven rey que había callado a aquellos que lo subestimaron por su edad, y que demostraba cada día ser mas que merecer del titulo que llevaba.

En el pasado Li muchas veces se salto estas comidas, pero ahora era diferente, así que a pesar de su cansancio asistiría. Y aunque no lo reconociera puso más atención en cómo se veía.

Tenia su propia firma, su propio estilo, y lo dejo un poco de lado a la hora de vestirse: su túnica larga blanca con verde en el cuello, mangas, borde inferior, alrededor de las aberturas a los lados, y al reverso; su pantalón de un verde mas oscuro, y sus botas blancas. Su cabello recogido en una cola alta, decorada con tocado de plata. Se permitió también resaltar sus ojos delineándolos.

Al entrar al comedor se gano muchas miradas, pues pocas veces se podía decir que se vestía como una ''princesa''.

La cena no fue glamurosa, no hubo infinidad de platillos, lo que si hubo fue un espeso ambiente de incomodidad, los reyes de Guepardos no perdieron tiempo para dejar caer ciertos comentarios, la mayoría denigrando a Li, quien mantuvo la frente en alto, tragándose del deseo de replicar. Mientras ellos tiraban por el suelo a su primogénita, alababan a su segunda hija, detallando las razones para haberla nombrado su heredera, Shenta comenzaba a sentir pena por Li.

Padre, madre —Mei tomo la palabra cuando la cena hubo terminado— creo que están agobiando al Emperador, y avergonzando a Li, a pesar de todo ella es una princesa, tiene una reputación que mantener.

—¿Has escuchado Li? Tú hermana están compasiva, no te guarda ningún rencor a pesar de lo mala hermana que eres

Papá, Li no es una mala hermana, solo se siente un poco desplazada, por eso los celos, pero estamos frente al emperador de Wanna, no deberíamos hablar de los errores de la Princesa Li, después de todo estamos frente a su primer y único amor, apuesto que ella no desea darle una mala impresión, no arruinemos la oportunidad que se puede dar entre ellos con esta visita del Emperador Nerida.

Al escuchar a Mei, Li sintió como si le arrojaran una cubeta de agua fría, su cuerpo entero se congelo y solo pudo mirar a su ''hermanita'', no creyendo que fue capaz de decir lo que dijo. Shenta por su parte, bajada un poco la sorpresa por lo escuchado, llevo su mirada varias veces de Li a Mei.

Segunda Princesa Zen, no avergüence a su hermana con bromas como estas

—Pero si no bromeo, su Majestad es el gran amor de mi hermana, estoy segura de que si no es con usted, nunca se casara, le adora demasiado, por algo siempre le ha buscado.

—Si ese es el caso, nunca se casará entonces.

—Su Majestad no la rechace aún, mi hermana tiene pocas virtudes, pero en el fondo es buena chica

—¡Puedes callarte ya! Has encontrado una excelente ocasión para dejar fluir tu imaginación.

—¿insinúas que tu hermana esta mintiendo? Si analizamos tu comportamiento están claras tus intenciones con su Majestad, que lastima que seas tan poca cosa para un emperador.

Soy hija de ustedes, no pueden esperar mucho de mí, soy poca cosa para casarme con el gran Emperador de Wanna, y ustedes unas lamentables escorias que no llenan la posición de monarcas. 

El Diario de una Reina AmadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora