—Después de la muerte de la reina de Guepardos, Shenta entro en una especie de depresión, se sentía muy culpable, y para alivianar su culpa se mudo a Guepardos, los habitantes de Guepardos no vieron esto con buenos ojos, pero con la intervención de Yuna no lo echaron. Él se encargó de ayudar personalmente en la reconstrucción del reino, y cuando estuvo finalizada, con palacio nuevo y mas modesto, ordeno la construcción de una hermosa estatua representativa de Li, la misma cuyos restos ven detrás de mí. El pasar de los años la ha casi destruido por completo, pero cuando este reino fue descubierto por los arqueólogos, encontraron dibujos que demostraban lo bella que fue, y comparados con algunas pinturas de Li, realmente la estatua se parecía a ella.
Otra cosa encontrada en estas ruinas fue este diario, parte de él fue escrito principalmente por Li, aunque Shenta y Yuna también ayudaron a su escritura y que así se supiera la historia de esta reina.
—Una pregunta profesora, es que no me quedo claro ¿Shenta amaba o no a Li?
—Me temo que esto no lo sé, solo Shenta lo sabría. Lamentablemente él ya no esta y no dejo nada para saber sobre sus sentimientos. Y mis queridos alumnos ya es hora de comer, vayan a llenar sus estómagos y nos vemos en el museo a las dos y media.
Con afirmaciones los alumnos fueron dispersándose en grupos, la profesora recogió sus cosas y también se fue, solo una alumna quedo.
Su pelo suelto, cortado a la altura de su nuca, su tez clara, pero lo que mas llamaba la atención de ella, eran sus llamativos ojos verdes, con los que ahora veía atentamente lo que quedaba de aquella escultura.
—¿Impresionada? Y eso que no la viste en sus épocas doradas, incluso yo me sorprendí de lo realista que parecía
—¿Disculpa? ¿La vista cuando estaba completa? ¿Hace cuanto fue esto? ¿dos siglos? ¿Cuántos años tienes?
—Hace casi un milenio ya, y en este mundo no soy más viejo que tú, Li.
La chica se rio, regresando su vista a la escultura —¿Por qué me llamas Li como la princesa de la historia? Mi nombre no es ese, es Katherine
—No es tu nombre en esta vida pero lo fue en la pasada
—Creo que estoy loca —todavía riéndose, Katherine dio unos pasos lista para irse, pero fue detenida por este joven que se había acercado a ella.
—No lo estas, sé que me recuerdas y sabes quién soy
—¿Y quien eres?
—Ahora soy David, hace novecientos noventa y dos años era Shenta
Con un poco de brusquedad ella se safo de su agarre
—Sigo creyendo que estas loco, te afecto mucho escuchar esa historia toda la mañana
—Vamos Li, el trato que hice antes de morir es que pudiéramos renacer con recuerdos de nuestras vidas pasadas, que pudiéramos encontrarnos y reconocernos. Te falle mucho en el pasado, y no pude salvarte pero tampoco pude pedirte perdón
—¿Y por que lo harías? ¿Por qué atarte a un pasado tan lejano? Solo olvídalo
—No puedo, me hice una promesa, cuando volviera a verte te recompensaría. En el pasado no pude amarte, lo hare ahora, el doble o el triple de lo que lo hiciste, pero lo hare.
—No me interesa, tampoco quiero tu amor
—Li
—No soy Li ni tu eres Shenta, eres David y yo Katherine. Li y Shenta murieron hace casi mil años, déjalos muertos.
—Tienes razón, ellos están muertos, pero yo no me rendiré. Hare que te enamores de mí, no te dejara, te amare y valorare más que a nada.
—Entonces, solo me queda desearte suerte, vas a necesitarla mucho.
Katherine se fue de ahí a paso rápido, intentando calmar su respiración y los latidos de su corazón. Y David quedo viéndola alejarse, pero esta vez sí iría tras de ella.
FIN
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El Diario de una Reina Amada
FantasyÉl fue un buen rey, pero no fue un buen esposo para ella. Ella le amo, a pesar de solo recibir desprecio. Él sintió afecto por ella, pero nunca amor. Ella se fue sin arrepentimientos. Él tuvo que quedarse con los sentimientos de culpa. Él sabe que...