—La noche caerá pronto —Li observo como el sol se iba alejando— y hemos avanzado lo mismo que nada
—¿Tiene la Princesa Li una mejor idea de investigación? —este príncipe parecía tener algo en contra de Li, pero ella era experta ignorando a quienes no eran de su agrado.
—Lo mejor que podemos hacer ahora es prepararnos para pronta lucha, y buscar la manera de capturar alguna de esas criaturas —Cheng dijo.
La reunión que llevaban a cabo en la biblioteca termino pronto, Shenta hizo alarde de su buen sentido de estrategia, así cuando la noche cayo finalmente, todos estaban en guardia a la espera del ataque que se demoró un poco esta vez.
Las criaturas hicieron su aparición camufladas, sembrando caos, Li observo como algunos guardias del reino sucumbían rápido a la desesperación, dándole ventaja al enemigo. Las personas comunes estaban resguardas, Li fue hacia los arqueros, las flechas encendidas en fuego salieron disparadas, muchas de ellas dando en el blanco.
A la lluvia de flechas de fuego, le siguió la lluvia de chispas de energía, las esferas elaboradas por los de Wanna y reventadas por Li y Cheng. Fue uno de los guardias de Wanna él que logro atar a una de estas criaturas, Li estaba cerca, así que realizo un pequeño domo y se dispuso a estudiar el espécimen. Su látigo acompañando al del guarda.
Estas criaturas eran un fallido cruce de especies, poseían cuerpo y cola de lagarto, patas traseras de perro, las delanteras de algún insecto, su cabeza como la de un gato sin pelo y bigotes, no tenían orejas pero si unos curvados cuernos; su color grisáceo y su olor fétido; el sonido que escapaba de su boca era alto y molesto.
Li se acercó con confianza, tocando a través de su espada, el cuerpo era baboso pero duro, la lengua larga de color negro, y los ojos rojos pero con los bordes negros.
No había tiempo para llevarlo a un laboratorio, así que Li se propuso probar ataques en él, mientras la barrera era golpeada, casi fracturándola.
Cuando el sol salió, había varios cuerpos humanos pero los de estas bestias no eran pocos, y al ser tocados por el sol, se evaporaron, Shenta debía reconocer con pesar que no fue mucho lo que avanzo.
—La solución temporal o definitiva ha estado en nuestros ojos —Shenta observo a Li, su ropa manchada y rota, ese aspecto delicado había desparecido dejando a la chica dura que conocía—. Estas criaturas repelen la luz, no una luz pobre, si no una fuente de energía fuerte. El Reino de Lotos tiene como raíz espiritual la madera, todos sus cultivadores son más afines a la naturaleza y el agua, y estos elementos no son contrarios a las criaturas, el fuego lo es, por eso nuestros ataques, en especial los tuyos son tan efectivos. Aunque mi raíz espiritual también es la naturaleza, está combinada con fuego forestal, por esto nuestras esencias combinadas son tan efectiva.
—Una barrera de poder espiritual de fuego puede mantenerlos a raya.
—Creo que es un buen plan hasta que se descubra como podemos eliminarlos, he podido estudiar por un buen tiempo uno esta noche, quizás pueda repetirse y descubrir más.
Shenta reconoce se sorprendió con esta información, y no fue el único, cuando realizaron la reunión todos estaban iguales. Así al llegar el anochecer, crearon la oportunidad perfecta para que Li en compañía de un alquimista y un hechicero estudiaran una de estas criaturas.
Y tal como Li había dicho, el poder espiritual de fuego era el némesis de estas criaturas, y después de analizarlo, llegaron a la conclusión de establecer una barrera.
Shenta y Li combinaron sus esencias bajo la guía de Guxi, y formaron un domo que cubrió gran parte del Reino de Lotos. Entonces se realizo una limpieza, con la que se elimino una buena cantidad de energía resentida. Al llegar la noche, observaron con satisfacción como la barrera fue golpeada, pero ninguna criatura logro traspasarla.
Al siguiente día la fortalecieron, participaron de la limpieza pero tanto Li como Shenta sintieron que debían volver, lastimosamente, el arco no estaba listo, y contra su voluntad Li lo dejo. No partieron ese día sino al siguiente, temprano en la mañana, el sol mas altivo de lo habitual, en el pecho de Li crecía un mal presentimiento que la mantenía con la boca cerrada.
Al casi finalizar la tarde llegaron al punto donde se supone debería estar la ciudad, pero solo quedaba un terreno baldío, sin señales de que aquí hubiera visto un pueblo.
—¿Esto debe de ser una broma? —Li hablo por primera vez en todo el viaje— ¿O una ilusión?
—Me temo que no es ninguna de las dos —Shenta hablo— se siente un aura resentida, podemos deducir el tipo de poder de quien desapareció el pueblo.
—¿Cuál es el objetivo de esta persona? —uno de los guardias pregunto
—¿Mantenernos ocupados mientras ejecutan un plan mayor? —Li volvió a hablar— ¿O hacerse con los reinos a la vez? Atacando al mismo tiempo evita que los reinos se presten ayuda entre ellos. Puede que sean los dos motivos, y que incluso haya más, pero claramente estas personas utilizan energía resentida, y no son novatos, están bien preparados, por lo que esto les llevo tiempo planearlo, no es algo simple, y estamos atrapados con clara desventaja.
—No por mucho —Shenta tomo la palabra— ningún plan es cien por ciento perfecto, no podemos tomarlos a la ligera y tampoco nos quedaremos a esperar que den su próximo paso. Ya sabemos un poco sobre ellos, confió que pronto se cambiaran los roles.
Decidieron avanzar un poco mas para acampar, Li no pego un ojo, había algo que no la dejaba dormir, y supo el que cuando salieron los primeros rayos de sol.
Su pecho vibro dolorosamente, y vio sus temores cobrar vida.
—¡La barrera! —con su exclamación puso en alerta a todos, pero la barrera que habían hecho para pasar la noche estaba intacta, y si la del Reino de Lotos se rompiera Shenta lo sentiría— La barrera se ha rompido.
Y Cheng entendió entonces a que barrera se refería, la barrera de Guepardos había caído.
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El Diario de una Reina Amada
FantasyÉl fue un buen rey, pero no fue un buen esposo para ella. Ella le amo, a pesar de solo recibir desprecio. Él sintió afecto por ella, pero nunca amor. Ella se fue sin arrepentimientos. Él tuvo que quedarse con los sentimientos de culpa. Él sabe que...