Shenta y Kun caminaban por los pasillos del palacio sin ningún sirviente siguiéndole, intentaban pasar desapercibidos, y hasta ahora lo estaban logrando, pues no se habían encontrado con nadie.
A una corta distancia se encontraban los hermanos Yara, Li y su acompañante de siempre Cheng.
—Entonces es cierto, has invitado a la Princesa Zen
—Ya sabes que ha sido de gran ayuda, gracias a ella pudimos salir sin tantos daños en nuestra excursión al Reino de Lotos, y levantar la barrera. También me ha ayudado mucho a eliminar a las hienas que rodean a nuestro territorio, aunque hace bastante que no estamos en el campo de batalla.
—Acaso ¿Extrañas luchar con ella? Si es así ¿Por qué mantener la distancia?
—No quiero que se cree ilusiones, aparte de que es insoportable la mayor parte del tiempo
—¿Estás seguro de tus razones? —Shenta lo vio queriendo descifrar a lo que refería, pero no tenía tiempo para esto.
—Acerquémonos, me gustaría que la Princesa Zen viera nuestros prisioneros.
Kun le respondió con una sonrisa —Bien, ahondaremos en esta conversación luego.
Ambos se acercaron al cuartero, siendo más notoria el aura de incomodidad que los envolvía.
—Princesa Zen, ya ha llegado —los presentes dirigieron su vista a los llegados, no dudando en saludarlos
—Su Majestad
—Ya que ha llegado a buen momento ¿Me acompañaría a un lugar? —La propuesta sorprendió a los presentes, quienes se sintieron de formas diferentes ante esta.
—No tengo problema con ello.
Shenta solo asintió para después mirar a Zuli —Princesa Zuli, espero que este pasando un momento agradable, discúlpeme por no poder brindarle un apropiado recorrido.
—Descuide, se de sus responsabilidades, y las comprendo
—Le prometo que mañana sin falta le daré la atención que merece de mi parte
Las mejillas de Zuli se colorearon de rosa, la cara de su hermano se transformó en una sonrisa de superioridad, viendo a Li con altanería, mientras esta se esforzaba por no flaquear su sonrisa, no podía dejar ver como estas palabras le dolían un poco, y le molestaba haberse vuelto tan sensible sobre este tema.
Sintiendo un poco de pena por Li, Kun intervino en la conversación de Shenta y Zuli, y ahora como cuatro se reanudo la marcha hacia el domo.
En el camino fue Cheng quien pregunto su destino, Li permanencia en silencio, dándose ánimos internos, debía ser fuerte, enterrar aquel amor como en el pasado.
Al llegar a la biblioteca Li se permitió mirar con admiración el lugar, era tres veces más grande que la biblioteca real de Guepardos, y obviamente con más libros en sus estantes, una pena que no pudiera admirarla por completo.
Descendieron por unas escaleras en espiral hasta llegar a un largo pasillo que conducía a la entrada de la parte privada de la biblioteca. Estas pequeñas bibliotecas privadas eran muy comunes para guardar informaciones secretas, muy antiguas y de contenidos calificados como prohibidos, en su mayoría.
En el centro, una flor de fuego estaba dibujada, siendo activada por la magia de Shenta, y dando la ilusión de encenderse realmente. La entrada hacia el domo quedo a la vista, Kun fue el primero en bajar, seguido de Li, luego Cheng y por último Shenta.
El domo estaba frente a ellos, de un color azulado, gracias a su ligera transparencia dejaba ver un poco de su interior.
Y la escena en el interior del domo no era la que esperaban ver, los prisioneros que tenían bloqueada su capacidad de movimientos, estaban repartidos por el suelo, todos sin vida.
—¿Cómo fue esto posible? —Kun y Shenta estaban bastantes sorprendidos. Kun entro al domo, viéndose enseguida restringido, Shenta anulo momentáneamente la magia del lugar, entrando también para ver los cuerpos, siendo seguidos por Li y Cheng.
Catorce cuerpos se encontraban regados por el suelo, la mayoría tenía expresiones de pánico, no había signos de heridas en sus cuerpos, y en sus ojos podía notarse un ligero noto rojizo.
—Fueron envenados —Li dijo luego de observar detenidamente a uno.
—¿Cómo lo sabe princesa? —le pregunto Kun
Hace unos meses encontramos unos cuerpos similares, murieron en segundos, su sangre estaba contaminada, encontramos restos de extraños metales. No avanzamos mucho, pues los cuerpos fueron reclamados por la guardia real
—¿Entonces fue una investigación a las espaldas de sus reyes? —Kun no pudo evitar preguntar, para nadie era un secreto de que la Primera Princesa Zen era desfavorecida por sus padres, a pesar de que Guepardos era un reino con casi nula interacción con el resto.
—¿Cuándo sucedió esto? —Shenta también pregunto, teniendo una ligera sospecha
—Cuando su Majestad fue emboscado en el Sendero de la Separación, ¿Recuerda que estaba persiguiendo unos prófugos? Resulta que atacaron en pleno desfile real, cuando llegue a ellos ya estaban muertos. Su muerte fue cosa de segundos.
—Entonces ¿Guepardos fue el primer reino en ser atacado? —Kun volvió a preguntar
—Junto con su Majestad, fuimos atacados casi al mismo tiempo —le respondió Li.
—Es verdad, ese fue el día que uno de mis nuevos hombres decidió traicionarme. Por lo menos ahora sabemos un poco más. Kun interroga a los guardias y a quienes atacaron contigo, que alguien venga a retirar los cuerpos y los lleve a la sala de investigaciones. Princesa Zen, si no le molesta, antes de la reunión podría decirnos lo que sabe de este veneno, así tendremos más claro lo que buscamos.
Li asintió, claramente ni ella ni Cheng se negarían. Un poco decepcionados salieron del lugar, pronto daría inicio la reunión con los otros reinos.
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El Diario de una Reina Amada
FantasyÉl fue un buen rey, pero no fue un buen esposo para ella. Ella le amo, a pesar de solo recibir desprecio. Él sintió afecto por ella, pero nunca amor. Ella se fue sin arrepentimientos. Él tuvo que quedarse con los sentimientos de culpa. Él sabe que...