Un pesado suspiro salió de los labios de Li, sus ojos picaban por derramar lágrimas, se mordió los labios, forzándose a no dejar escapar ni una. Todavía se sentía débil, y ahora con su debilidad emocional se sentía peor.
El rechinar de los caballos más el carruaje deteniéndose la alertaron, el ambiente de repente empezó a sentirse más frío, y las inconfundibles risas de las hienas le comprobaron su temor.
No hubo un ataque enseguida sino que todo quedo sumido en un peligroso silencio. Levantando la cortina Li observo fuera del carruaje, varios de sus guardias se habían colocado alrededor del carruaje, formando una barrera protectora.
—No saldrá la Princesa a saludar —Li cerró sus ojos, el malestar de su corazón acaba de empeorar.
Saliendo de carruaje, se dirigió al frente, ganándose una mirada reprobatoria de parte de Cheng, pero podía verlo también en su mirada, sus sospechas resultaron ciertas, la decepción fue sentida por los que reconocieron aquella voz, aquella presencia, aquella aura tan respetada y valorada en Guepardos.
—Mi adorada Princesa, has crecido
Li realizó la respectiva reverencia que le correspondía a aquel frente a ella, aunque desde ese momento para ella no la merecía. —Mayor Zen, le observo bien de salud, quisiera decir que estoy feliz por verlo fuera de su reclusión, pero me temo que la razón no es de mi agrado
—¿Por qué no sería de tu agrado? Yo creo que debería de serlo, puede resultar beneficioso para ti
—¿Qué de beneficioso tiene el atacar a los míos? ¿El aliarme con hechiceros oscuros y sembrar terror en los reinos? ¿No era su deber el proteger? ¿Cómo está protegiendo a Guepardos ahora?
—¿Merece Guepardos ser protegido? ¿Merece algún reino serlo? Este mundo no podría estar peor, es momento de unificar, que seamos un solo reino, un solo imperio, pero para eso debemos deshacernos de las escorias que gobiernan, de las lacras que pueblan esta hermosa tierra
—¿Matando inocentes? ¿Aliándose con el mal?
—Esas muertes son pequeños daños necesarios para un fin mejor. Y ¿Qué es realmente el mal? Princesa Zen, no eres tú una chica buena ¿Y qué te ha tocado vivir?, eso de bien y mal son solo conceptos divisorios, el bien no es tan bueno y el mal no es malo, es lo que nos hacen creer, pero que pronto cambiaremos. Sabía que te habías involucrado, pero no esperaba verte hoy, amaba mucho a tus abuelos, en memoria de ellos quiero proponerte algo
—No menciones a mis abuelos, no te refieras a ellos con cariño, con tus acciones acabas de avergonzar a Guepardos, condenarlos, mis abuelos han de estar decepcionados.
—Guepardos se ha condenado solo, al igual que todos esos reinos que llenan esta tierra, que la sumen en violencia, que la llenan de divisiones. Nosotros unificaremos
—¿Unificaran lo que van a destruir?
—Es necesario para limpiar la tierra. Eres una princesa desamada, incomprendida, te ofrezco un lugar a mi lado, únete a nosotros, ten tu venganza. Has que tus padres se arrepientan de cómo te han tratado y supliquen tu perdón, has que tus abuelos estén orgullosos de ti.
—Mis abuelos ya lo están, yo nunca me aliaria con el mal, nunca le daré la espalda al bien, a mi reino.
—Entonces perece con él.
Dando dos pasos atrás, este hombre se cubrió con la oscuridad, no hubo silbido pero si el tronar de unos dedos, y las hienas se abalanzaron.
Li fue protegida enseguida, no debía luchar, su energía todavía no estaba repuesta, y este hombre lo sabía, aunque ahora no podían verlo, si podían sentir su risa.
Él nunca suplicaría, estimó de verdad a los antiguos reyes de Guepardos, abuelos de Li, pero la personalidad de esta nunca fue de su agrado, la tierna niña seguía siendo buena, obediente, feliz y soñadora, a pesar de todo lo malo que vivió y vive, nunca pudo soportar como nunca se rompió, como su voluntad nunca se dobló. Le haría un favor, acabaría con el sufrimiento que ella se empeñaba en seguir padeciendo.
Él no era un villano, era un héroe, ellos lo eran.
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El Diario de una Reina Amada
FantasyÉl fue un buen rey, pero no fue un buen esposo para ella. Ella le amo, a pesar de solo recibir desprecio. Él sintió afecto por ella, pero nunca amor. Ella se fue sin arrepentimientos. Él tuvo que quedarse con los sentimientos de culpa. Él sabe que...